En la I edición de la Pasarela Latinoamericana se han presentado diseños de diversos creadores que se han entregado a la moda sostenible
La diseñadora Duly Romero ha inaugurado la I edición de la Pasarela Latinoamericana que se ha celebrado este martes en Casa de América y en la que se ha visto, además de la cultura y la artesanía latina, el compromiso sostenible de los jóvenes diseñadores que prefieren trabajar con tejidos orgánicos
En fabulosos salones de paredes enteladas y lámparas de araña con cristales en forma de lágrima, la hondureña Duly Romero ha presentado su colección «Surruros de Esperaza», un trabajo con el que ha querido hacer un guiño a la cultura lenca del país. «Parte de los tejidos han sido realizados artesanalmente por mujeres lencas», ha explicado a EFE minutos antes de comenzar el desfile.
Esta diseñadora que ha desfilado en Miami y Honduras, ha mostrado en su tercera colección prendas que hablan de sofisticación, vestidos de noche coloreados en tonos malvas, fucsias y berenjenas adornados con plumas. En una segunda serie, la diseñadora defendió vestidos de cóctel y noche en luminosos verdes y azules.
La firma española Ehlea mira al Mediterráneo para crear prendas luminosos con sabor a verano. Sobre la pasarela se han diecinueve piezas que de ofrecen un estilo informal, con una elegancia natural que se aderezaban con bolsos y gafas de sol».
Ninoska Vasquez, miss venezuela, actriz y modelo ha sido la encarga de cerrar el desfile de esta joven de Reus que arrancó su firma hace tan solo dos años y tiene como objetivo «alcanzar el mercado latino, donde siempre brilla el sol».
Después, el paraguayo Fabián Da Silva mostró una colección de moda sostenible para hombre y mujer con grandes referencias a su país, en la que sobresalían los tejidos orgánicos y las artesanía de diversos puntos geográficos de su país. Por ejemplo, en unas ocasiones utilizó el encaje «ju», de Carapegua, realizado en algodón puro para realzar prendas urbanas y otra apostó por enriquecerlas con el típico bordado «ao po i» de Yataity.
«La colección se despoja del lujo y conecta con lo ancestral», dice este diseñador que ha coloreado todos los tejidos con pigmentos naturales como la «tierra colorada», hierbas y semillas.
En algunas piezas parece muchos bordados de textos, «una artesanía en la que se descubre la grafía guaraní», añade Da Silva quien ha mostrado 50 piezas inspirados en sus recuerdos infantiles. «Está muy presente la mujer, porque en Paraguaya la madre es la que marca la personalidad», asegura.
Tienen un gran compromiso sostenible la diseñadora paraguaya Diana Ramírez, que con un solo vestido ha demostrado que «la industria textil tienen que cambiar mucho para cuidar el Planeta».
En esta pieza, «que habla de mis raíces», está presente el encaje «ñanduti», que lleva un trabajo muy laborioso. «Se hace a mano sobre un bastidor en el que borda cada trama del encaje», detalla esta diseñadora de la moda sostenible que únicamente trabaja con textiles naturales e hilaturas que provienen del reciclado de poliéster.
También ha participado el creador Álvaro Maradiaga, diseñador de moda y de joyas con más de siete años de experiencia ha mostrado su último trabajo «Conexión».
Con tejidos responsables con el medioambiente, Agatha Ruiz de la Prada, ha presentado piezas aderezadas con su particular universo de luz y color.
Madrina de Honor de esta pasarela, dada su especial vinculación con Latinoamérica, Agatha Ruiz de la Prada ha cerrado esta primera jornada en la que han destacado la moda artesanal, con conciencia. EFE