La escasez de leche de fórmula lleva al límite a las familias de Estados Unidos

Estados Unidos atraviesa una crisis provocada por la escasez de leche de fórmula para alimentar a los bebés, que ha llevado a una situación límite a las familias más vulnerables. La crisis estalló en febrero, cuando la compañía Abbot cerró su fábrica tras detectarse que una remesa de su producción estaba contaminada con la bacteria Cronobacter. 

Cuatro bebés fueron ingresados por una infección y dos fallecieron, lo que hizo saltar las alarmas de las autoridades sanitarias que rastrearon el origen hasta la leche producida por Abbot.

El cierre ha limitado mucho las existencias de la leche de fórmula en el país, que produce el 98% de sus productos de fórmula infantil. Los supermercados y proveedores se ven desabastecidos, mientras las familias se desesperan por conseguir los productos.

El índice de falta de existencias, que representa la cantidad de leche de fórmula que no está en stock en comparación con lo que suele estar disponible, fue del 43% en la semana del 8 de mayo, según Datasembly, un proveedor de datos en tiempo real sobre bienes de consumo.

La situación de necesidad se ha visto agravada porque en las instalaciones de Abbott se producen algunos lácteos de los que la compañía es el único fabricante, lo que ha supuesto mucha presión para algunos consumidores que dependen de esos productos.

“Las familias de todo el país siguen preocupadas por la disponibilidad de fórmulas infantiles, especialmente las que dependen de fórmulas especiales de las que la planta de Sturgis es un proveedor clave. Estas 20 fórmulas especiales son utilizadas por unos 5.000 bebés, así como por algunos niños mayores y adultos con enfermedades metabólicas raras, y Abbott Nutrition es el único proveedor de algunas de estas fórmulas”, reconoce la Administración Biden en un comunicado de prensa.

Los productos retirados son los que se comercializaban bajo las marcas Similac, Alimentum y EleCar y la compañía ha puesto un enlace al servicio de los consumidores para que puedan consultar si su lote puede ser uno de los afectados por la bacteria.

Tras más de dos meses con la fábrica cerrada, la compañía ha anunciado que ya está trabajando con la FDA en la reapertura de la planta de Michigan para poder volver a poner en marcha la producción, lo que ayudaría a aliviar la escasez.

Aunque la puesta en marcha de la fábrica es clave, el problema de la leche de fórmula en Estados Unidos es más complejo todavía.

Las familias vulnerables son las más afectadas

La leche de fórmula tiene unos altos impuestos de importación, por lo que Estados Unidos es muy dependiente de la producción local. «Estados Unidos produce normalmente el 98% de los preparados para lactantes que consume», explica la Administración en un comunicado de prensa.

Tres grandes empresas controlan la mayor parte del mercado del país, según recoge el Departamento de Agricultura: Abbott, Mead Johnson y Nestlé. El hecho de que una de ellas esté fuera de juego ha supuesto un gran golpe para la fabricación nacional.

Las que más están acusando el cierre de la fábrica son las familias más vulnerables, puesto que Abbott es el principal proveedor del programa federal WIC, que ofrece asistencia en salud y nutrición a mujeres y niños necesitados.

Más de la mitad de la leche de fórmula en Estados Unidos es comprada por beneficiarios de este programa, según la Casa Blanca, que asegura que está desarrollando medidas específicas para proteger a estas familias durante la crisis de escasez.

Además, la falta de leche ha provocado un desabastecimiento del producto y ha hecho que se disparen los precios, por lo que se han tomado medidas para regular el mercado y se han impuesto límites en las compras de este tipo de lácteos.

El Consejo de Nutrición Infantil de Estados Unidos ha aconsejado a los padres a tener en casa un suministro de 10 días o dos semanas de fórmula, pero ha pedido que eviten almacenar más de eso para no contribuir al desabastecimiento.

También preocupa que las familias recurran a preparados caseros, y las instituciones sanitarias están advirtiendo de que pueden ser perjudiciales para los bebés.

El Gobierno importará leche en polvo de otros países

El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció este miércoles nuevas medidas para abastecer el mercado ante la situación sin precedentes vivida en el país.

Biden ha autorizado al Departamento de Defensa a usar los contratos que tiene con aerolíneas comerciales para importar leche en polvo desde cualquier lugar del mundo. Es una medida similar a la que adoptó Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus para traer material sanitario.

Además, Biden se ha amparado en una ley que data de la Guerra Fría para acelerar la producción del alimento en el país y que permite al Gobierno movilizar recursos del sector privado para responder a una crisis en determinadas situaciones.

“El Presidente está exigiendo a los proveedores que dirijan los recursos necesarios a los fabricantes de productos para lactantes antes que a cualquier otro cliente que pueda haber pedido ese bien. Ordenar a las empresas que prioricen y asignen la producción de los principales insumos para la leche de fórmula infantil ayudará a aumentar la producción y a agilizar las cadenas de suministro”, señala un comunicado de la Casa Blanca.

Estados Unidos, único país rico del mundo sin baja por maternidad 

Estados Unidos es el único país rico del mundo que no tiene un permiso parental remunerado garantizado a nivel nacional, según los datos del Centro de Análisis de Políticas Mundiales.

Esa es una de las razones por las que el 60% de las madres no dan de mamar durante el tiempo que les gustaría, según recogen los CDC.

El porcentaje de recién nacidos que empiezan a alimentarse con leche de fórmula antes de los dos días es del 25%, mientras que a los tres meses ya llega a más de la mitad.

Joe Biden hizo de la baja por maternidad un tema de su campaña electoral, pero por ahora no ha aprobado ninguna medida en ese sentido.

“Sé que los padres de todo el país están preocupados, como padre y abuelo, sé lo estresante que es esto”, ha asegurado el presidente sobre la escasez.

Las compañías están acelerando la producción y se espera que la situación vuelva a la normalidad en las próximas semanas.