En el primer aniversario de la iniciativa se han analizado los objetivos logrados y trazado las metas a alcanzar a corto plazo.
La Alianza FinTech Iberoamérica cumple su primer año. La iniciativa, promovida por la Asociación Española de FinTech e InsurTech (AEFI), ha logrado aprovechar al máximo sus primeros 12 meses. Su presidente, Rodrigo García de la Cruz, asegura que “hemos logrado unos importantes hitos que seguirán promoviendo la Alianza en la región”. Así lo ha manifestado durante la ‘II Cumbre – Alianza FinTech Iberoamérica’, celebrada este miércoles en la Casa de América en Madrid.
En concreto, García de la Cruz considera que uno de los primeros retos conquistados ha sido el de agrupar y apoyar a toda la región, “donde contamos con la presencia de un total de 12 asociaciones, en donde quedan representadas 20 naciones”. Un listado al que se prevé que, a futuro, se sumen Paraguay y República Dominicana. Sin embargo, no se trata de la única meta alcanzada.
El presidente de la Alianza FinTech Iberoamérica recalca que también se ha avanzado en facilitar la comunicación internacional, donde ha sido clave la presencia de un buzón único para informar a las startups interesadas en el tema del FinTech. En la misma línea, se han elaborado libros blancos de regulación (Sandbox IberoAmericano) y códigos de buenas prácticas.
Con estos primeros pasos, la Alianza FinTech Iberoamérica logra establecer las bases para seguir avanzando en materia de la inclusión financiera, democratización financiera y en la aceleración de la transformación digital.
La vista en el futuro
A pesar de los resultados obtenidos, la Alianza piensa en futuro. En concreto, establecen que los objetivos a alcanzar inician en la elaboración de estrategias de liderazgo, “debido a que la competencia iniciará tanto en el exterior como dentro de la región”. Al mismo tiempo, prevé fundamental trabajar en el Foro de la Regulación Iberoamericana y en la puesta en marcha del Código de buenas prácticas. Una apuesta por la transparencia en la que también jugarán un papel fundamental la aprobación y distribución de los llamados ‘whitepapers’ de la regulación.