A través de un análisis del Banco de España se ha logrado conocer cómo evoluciona el sector inmobiliario y su relación con los años de la crisis del ladrillo.
El Banco de España ha confirmado que mientras que el precio de la compraventa no ha alcanzado aún el nivel previo a la crisis, el de los alquileres sí que se ha situado por encima de ese nivel, según apunta la institución en un artículo analítico.
De hecho, también destaca que en 2018 se ha observado un crecimiento más débil del precio del alquiler en relación a los años anteriores, observándose incluso una caída en Barcelona, ciudad en la que también se ha visto una desaceleración del precio de venta.
Asimismo, en el artículo también se destaca que la tendencia hacia un mayor peso del alquiler es generalizada, sobre todo en el grupo de edad que oscila entre los 16 y los 29 años, seguido del grupo de edad que va entre 30 y 44 años.
Para el Banco de España, esta evolución se podría explicar por factores ligados al impacto que la crisis económica ha tenido en estos segmentos de población, pero posiblemente también recurriendo a factores sociológicos ligados a cambios en las preferencias de las generaciones más jóvenes.
La institución también resalta que el sesgo impositivo que favorecería la compra de vivienda sobre el alquiler se ha reducido en este período debido a los cambios fiscales introducidos.
En concreto, sobre la fiscalidad de la vivienda, el Banco de España recuerda que la eliminación de la deducción por inversión en vivienda habitual y el incremento de los impuestos sobre la tenencia de vivienda y de compra son los cambios «más relevantes» en relación con la reducción del sesgo impositivo a favor de la compra de vivienda frente al alquiler.
De hecho, bajo su punto de vista, los beneficios fiscales sobre el alquiler para los hogares continúan «reducidos» en la comparativa internacional.
Asimismo, en línea con la opinión de otros organismos, el Banco de España también ha resaltado que el mercado de la vivienda en España está viviendo una «elevada heterogeneidad» por la localización de los inmuebles, el tipo de vivienda y también por la nacionalidad de los compradores.
También resalta que la formación bruta de capital está mostrando «un dinamismo significativo, especialmente en el caso de la inversión no vinculada a la construcción, que superó a lo largo del año pasado el nivel previo a la crisis». No obstante, apunta que la inversión vinculada a la construcción, dentro de esta tónica de mejora, «ha registrado una evolución menos dinámica».
Este comportamiento, según el Banco de España, se debe tanto al reajuste de la inversión en vivienda que ha alcanzado niveles próximos al 5,5% del PIB en 2018, frente al 12% de la crisis; como a que el resto de la inversión en construcción mantuvo en los años más recientes «un peso reducido en el producto», pasando de suponer el 9,4% del PIB en 2006 al 5,1% registrado el año pasado.
España: Portales inmobiliarios prevén que el precio de la vivienda se modere