La Comisión Europea reconoce que el programa ha tenido un claro impacto en la economía europea y ha revolucionado la financiación a la innovación.
La Comisión Europea y el Grupo del Banco Europeo de inversiones (BEI) han cumplido su compromiso de movilizar 315.000 millones de euros en inversión adicional conforme al Plan de Inversiones para Europa, el Plan Juncker. Esto supera el objetivo inicial de 315 000 millones de euros fijado en 2015, cuando se puso en marcha el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE), y ayuda a colmar la brecha de inversión ocasionada por la crisis económica y financiera.
Además de financiar proyectos innovadores y nuevas tecnologías, el Plan Juncker ha apoyado otros objetivos de la UE, como la política digital, social y de transporte. Gracias al Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas . Por ejemplo, ha generado que 15 millones de hogares tengan acceso a la banda ancha de alta velocidad.
Al mismo tiempo, con estos recursos se han construido o renovado más de 500.000 viviendas sociales asequibles, mientras que 30 millones de europeos se benefician de mejores servicios sanitarios; 95 millones de pasajeros al año disfrutan de mejores infraestructuras ferroviarias y urbana; y se ha abastecido de energía renovable a 7,4 millones de hogares.
Impacto laboral
El Departamento de Economía del BEI y el Centro Común de Investigación de la Comisión (CCI) estiman que las operaciones del FEIE ya han contribuido a más de 750.000 empleos, y se espera que la cifra aumente a 1,4 millones de empleos de aquí a 2020 con respecto a la hipótesis de referencia. Además, según los cálculos, el Plan Juncker ya ha aumentado el PIB de la UE un 0,6 por ciento yse espera que lo aumente un 1,3 por ciento de aquí a 2020.
Dos tercios de los 335.000 millones de euros obtenidos proceden de fuentes privadas, lo que significa que el FEIE también ha cumplido su objetivo de movilizar la inversión privada.
Con respecto al tamaño de la economía, ha tenido su mayor impacto en los países más castigados por la crisis: Chipre, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España. Aunque el impacto de la inversión directa es especialmente elevado en esos países, según los cálculos, las regiones de cohesión (en su mayoría, países de Europa Oriental) probablemente se beneficien más de un efecto a largo plazo.