La economía de China ha crecido un 4,8% en el primer trimestre, más de lo esperado por los analistas, que advierten de que esta renovada fuerza no se mantendrá en el siguiente período, afectado ya por las duras restricciones impuestas ante los peores rebrotes del coronavirus en dos años.
La cifra oficial, divulgada este lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), ha batido los pronósticos de los expertos, que avanzaban un crecimiento del PIB del 4,4% interanual durante los primeros tres meses de 2022.
La institución ha especificado que la comparación entre este trimestre y el último del año pasado arroja una subida del 1,3 % en el citado indicador. Así, a finales de marzo la riqueza total de China alcanzaba los 27,02 billones de yuanes (4,24 billones de dólares, 3,93 billones de euros) en términos nominales. Concretamente, el sector primario aumentó un 6% interanual; el secundario, un 5,8%, y el terciario, un 4%.
En el global de 2021, el PIB del país asiático había subido un 8,1%, impulsado precisamente por los datos de su primer trimestre, en el que avanzó un importante 18,3% interanual gracias al efecto de base comparativa, ya que los tres primeros meses de 2020 fueron los peores de la pandemia en China y provocaron un grave parón económico en el país.
Caen las ventas minoristas, pero crece la producción industrial
La ONE ha asegurado este lunes que durante el primer cuarto de 2022 la economía china «siguió recuperándose y desarrollándos
Sin embargo, la institución estadística también ha hecho públicos otros datos relevantes a nivel económico que ya apuntan a un empeoramiento de la situación, como es el caso de las ventas minoristas, claves para el cambio de modelo económico propugnado por Pekín y especialmente sensibles al efecto de los confinamientos.
En marzo, estas ventas minoristas bajaron un 3,5% interanual -una caída que dobla lo pronosticado por los expertos- y un 1,93% con respecto al mes anterior. La tasa oficial de desempleo en zonas urbanas se situó en su peor marca de los últimos 22 meses: 5,8 %, 0,3 puntos por encima de la cifra de febrero y del objetivo que se marcó Pekín para este año (5,5 %).
En el lado positivo, la producción industrial creció un 5% interanual en marzo, y la inversión en activos fijos ha subido un 9,3% en el trimestre. Ambas han tenido un desempeño más fuerte del que se esperaba.
«Lo peor está por llegar»
Los rebrotes de coronavirus son ahora el gran factor de incertidumbre para el desempeño económico chino este año, ya que China sigue enrocada en su estrategia de tolerancia cero contra el coronavirus, incluso ante la contagiosa variante ómicron, lo que le lleva a aplicar importantes restricciones, también a la actividad económica, ante cualquier rebrote.
Tanto la actual oleada de infecciones como las medidas restrictivas con las que las autoridades intentan contenerla se han agravado con la llegada de abril, lo que podría explicar por qué su efecto no se ha notado tanto en los datos oficiales del primer trimestre.
“Lo peor está por llegar”, advierte Julian Evans-Pritchard, economista de la consultora Capital Economics, que también se asombra ante la fiabilidad de los “sorprendentemente fuertes” datos oficiales del primer trimestre: “No parecen coherentes con los datos mensuales. (…) No es la primera vez que los datos oficiales del PIB aparentemente minimizan el alcance de una desaceleración económica”.
El analista prevé políticas de flexibilización por parte de las autoridades ante la situación, aunque matiza que estas “están abordando los estímulos de manera contenida”.
Para 2022 el Gobierno chino se marcó un objetivo de crecimiento del 5,5%, una de las más bajas en décadas, pero igualmente en la horquilla superior de los pronósticos de los analistas, lo cual podría traducirse en un mayor esfuerzo -vía, por ejemplo, inversión en infraestructura- para conseguirlo.