El índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos ha registrado una tasa interanual del 2,9% en julio, marcando una desaceleración de una décima respecto al mes anterior y alcanzando su nivel más bajo desde marzo de 2021. Así lo informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo del país.
En cuanto al índice subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía debido a su mayor volatilidad, este experimentó un incremento del 3,2% en julio, una décima menos que en junio y su menor nivel desde abril de 2021.
El informe destaca que los precios de los alimentos se mantuvieron estables con una tasa interanual del 2,2%, mientras que la energía experimentó un aumento del 1,1% en comparación con el mismo período del año anterior, lo que representa una aceleración de una décima respecto a junio.
En términos intermensuales, la tasa general de inflación subió un 0,2% en julio, frente a la caída del 0,1% registrada en junio. El índice subyacente también repuntó una décima, avanzando un 0,2%.
Este dato de inflación podría influir en la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ya que indica una contención de la inflación. Sin embargo, es importante recordar que el IPC no es el indicador preferido por la Fed para monitorear el coste de vida; ese rol lo cumple el índice de precios de gasto de consumo personal (PCE).
Política Monetaria y Perspectivas Económicas
A finales de julio, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed decidió mantener los tipos de interés en el rango objetivo de entre el 5,25% y el 5,5%, el nivel más alto desde enero de 2001. En su comunicado, la Fed subrayó que cualquier ajuste futuro en la tasa de fondos federales dependerá de la evaluación cuidadosa de los datos entrantes y la evolución de las perspectivas económicas.
Aunque la Fed se distanció de la actuación del Banco Central Europeo, reiteró que no consideraría «apropiado reducir el rango objetivo» hasta que la inflación se redujera al 2%. A pesar de que los riesgos para sus objetivos de empleo e inflación han mejorado, la Fed advirtió que las perspectivas económicas siguen siendo «inciertas» y que continúa vigilando de cerca los riesgos relacionados con la inflación y el empleo.
La decisión de la Fed y la tardanza en la reducción de tipos de interés han sido señaladas como factores clave en la agitación de los mercados el pasado lunes 5 de agosto, cuando los principales parqués mundiales sufrieron una caída histórica ante el temor a una recesión en Estados Unidos.
