El FMI advierte de que las grandes economías europeas «salvo Españar» ya no crecen

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido este viernes  de que las grandes economías europeas, a excepción de España, ya no están creciendo en este momento, y admitió que algunas pueden entrar en recesión técnica, aunque sea «suave». Este escenario económico se produce cuando hay al menos dos trimestres de caída de la actividad.

«Todas las economías europeas maduras, salvo España, tendrán un crecimiento próximo a cero, un poco por encima o por debajo, con el riesgo de que algunas podrían entrar en una suave recesión técnica en 2022″, ha comentado el director del Departamento Europeo del FMI, Alfred Kammer.

El país que más riesgo corre es la primera economía de la región, Alemania, tanto por su dependencia energética como por los problemas que está teniendo en las cadenas de suministro en el contexto actual marcado por la invasión rusa de Ucrania, según ha apuntado en rueda de prensa el director del Fondo para Europa, Alfred Krammer. La entidad, por ello, cree imprescindible que la región acelere las medidas para reducir su dependencia energética de Rusia.

Crecimiento cero durante los próximos trimestres

En este sentido, el funcionario del FMI ha recordado que, aunque la mayor parte de economías de la región se benefician del impulso que arrastran desde 2021, las cifras de crecimiento esconden el hecho de que, a causa de la guerra, su expansión en 2022 es plana para la mayoría de grandes economías, salvo la de España. «Eso implica que durante unos trimestres el crecimiento será en torno a cero, puede que algo por encima o por debajo», ha advertido.

En su informe publicado este viernes, ha apuntado a una previsión de crecimiento de las economías avanzadas de la región del 3% (un punto menos que lo que calculó en enero) y del 3,2% en el caso de las emergentes (1,5 puntos menos), aunque estas estimaciones están marcadas por la incertidumbre y pueden incluso haberse quedado anticuadas. En este cálculo, el FMI no cuenta a Rusia, Bielorrusia ni Ucrania -cuyas caídas de crecimiento son mucho mayores a causa del conflicto-, ni incluye a Turquía.

«Impacto asimétrico» entre los países de la zona euro

Asimismo, Kammer ha reconocido que un embargo total a la energía rusa tendría un efecto adverso significativo en el crecimiento de la eurozona, que podría recortar alrededor de tres puntos porcentuales el crecimiento de la región.

«Será un impacto asimétrico y muy diferente entre los países dependiendo de la intensidad de los vínculos energéticos», ha apuntado. «Nuestra recomendación es prepararse para tal posibilidad para mitigar en la medida de lo posible el impacto», ha añadido.

Por otro lado, el representante del FMI ha recomendado al Banco Central Europeo (BCE) que siga su senda de normalización de la política monetaria, que considera está asumida por los mercados, teniendo en cuenta el impacto de la guerra sobre la inflación.

En su último informe Perspectiva Económica Mundial, la institución internacional ha rebajado su previsión de crecimiento del PIB de España en un punto porcentual, hasta situarla en el 4,8% en 2022, tras la expansión del 5,1% del año pasado. El FMI también recortó en medio punto porcentual, hasta el 3,3%, el crecimiento económico de España en 2023.

Los ajustes para España, sin embargo, están por debajo de los registrados para el resto de grandes economías del euro. En el caso de Alemania, el FMI ha situado el alza del PIB en un 2,1% (1,7 puntos menos), mientras que Italia crecerá un 2,3% (1,5 puntos menos) y Francia, un 2,9% (seis décimas menos).

De cara a 2023, el organismo multilateral ha elevado el crecimiento de Alemania en dos décimas, hasta el 2,7%, al tiempo que ha recortado en medio punto el de Italia, hasta el 1,7%, y en cuatro décimas el francés, hasta el 1,4%.

«Compartir costes» para acoger a los refugiados ucranianos

El informe del FMI alerta del riesgo de «tensiones sociales» en Europa ante la fuerte subida de los precios energéticos y alimentarios en la región, y cree que el mayor peligro se da en los lugares con mayor acogida de refugiados ucranianos.

Así, en su comparecencia, Krammer ha recomendado a la Unión Europea que empiece a estudiar la forma de «compartir los costes» de la acogida de refugiados ucranianos.

En este sentido, apuntó a Polonia como el país que más peso asume, con tres millones de personas llegadas de Ucrania, lo que le está suponiendo un coste «nada insignificante» de entre «medio punto y un punto de su PIB».

La necesidad de aumentar la seguridad energética fue otro de los asuntos tratados en este informe y recordados por Krammer, que ha insistido en que Europa debe acelerar la transición a energías renovables para no depender tanto de Rusia.

La región no aguantaría más de un año sin el gas ruso

En su informe, el FMI ofrece una simulación en caso de que se produjese un corte total del suministro de gas por parte de Rusia. El documento entiende que la región soportaría un corte de seis meses, pero no de un año, y en este segundo caso la caída del PIB para el conjunto de la UE podría llegar al 3% en el escenario más adverso.

Por países, los efectos de este hipotético corte serían desiguales, con caídas del 1% de la actividad económica en las naciones menos afectadas y hasta de un 6% en el caso de Alemania. En cualquier caso, Krammer ha insistido en acelerar la transición hacia energías verdes para que la región reduzca su dependencia, así como buscar suministros alternativos, algo que ha considerado que ya está haciendo Italia, uno de los países más dependientes, junto con Alemania, del gas ruso.

Nuevas políticas ante otra coyuntura

El informe deja claro que la guerra de Ucrania debe llevar a la región a replantearse buena parte de sus políticas de gasto, hasta ahora centradas en aplacar los efectos de la pandemia, y centrarse en las consecuencias que ya está teniendo el citado conflicto.

La guerra ha «eclipsado» la aún «incompleta» salida de la pandemia en Europa, dice el Fondo, que advierte de que la subida de precios de la energía y los alimentos causará «estragos» en la demanda, alterará los flujos comerciales y «exacerbará» los cuellos de botella de las cadenas de suministro.

Con este panorama, el informe avisa a los países europeos que deben abordar nuevos retos y pensar en nuevas medidas. En el plano fiscal, apuesta porque los estabilizadores automáticos -las partidas presupuestarias que se ven alteradas por los cambios en la actividad, como las destinadas a prestaciones por desempleo- «operen libremente» mientras que haya un replanteamiento de los programas de ayuda.

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