El BCE cree que el impuesto español a la banca «puede ser perjudicial» para el sector y pide trasladarlo a los clientes

España
El Banco Central Europeo (BCE) cree que el impuesto español a la banca considera que podría ser «perjudicial» para el sector y pide que repercuta directamente en los clientes, según un dictamen de la institución.

De acuerdo con el máximo organismo europeo, la nueva medida podría poner en peligro una transmisión fluida de las medidas de política monetaria a la economía en general si las entidades afectadas registran unos beneficios bajos o pérdidas en el momento en que se recaude de forma efectiva el gravamen, cuyo importe podría no ser proporcional a la rentabilidad de una entidad de crédito.

El dictamen critica así el nuevo impuesto que gravará con el 4,8% las comisiones de la banca y con un 1,2% los ingresos de las energéticas y afectará a entidades financieras que ingresen más de 800 millones al año y a energéticas que facturen más de 1.000 millones

En su evaluación, el BCE recuerda que la materialización de riesgos a la baja en el entorno actual puede reducir de manera significativa la capacidad de pago de los deudores y, por lo tanto, el efecto neto de la normalización de la política monetaria sobre la rentabilidad de las entidades de crédito podría ser posiblemente menos positivo, o incluso negativo, en un horizonte temporal prolongado.

El BCE advierte que «distorsionaría» la realidad

La institución asegura que «debe considerarse cuidadosamente» la medida por el «impacto en rentabilidad» y las consecuencias que pueda tener eso en capital y concesión de crédito.

Además, advierte contra su aplicación sobre entidades en «pérdidas netas». «Distorsionaría significativamente y perjudicaría aún más la resiliencia» del banco, además de poder «falsear la competencia», argumentan.

En opinión del BCE una disposición genérica que establezca que el gravamen temporal no puede trasladarse a los clientes de las entidades de crédito «podría generar incertidumbre», así como riesgos operativos y de reputación conexos para dichas entidades.

A este respecto, el BCE recuerda que espera, en general, que las entidades de crédito, de conformidad con las buenas prácticas internacionales, tengan en cuenta y reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes, incluidas las consideraciones fiscales, cuando proceda.