El Banco Central Europeo (BCE) ha alertado este miércoles de la histórica subida en los precios de la vivienda en la zona euro, que han registrado en el segundo trimestre del año su ritmo de crecimiento más rápido desde 2005, en plena burbuja inmobiliaria, lo que da señas de una «sobrevaloración» en los mercados inmobiliarios y podría provocar correcciones en algunos países de la zona del euro y en algunos activos financieros.
«Los precios de la vivienda en la zona del euro han subido al ritmo más rápido desde 2005 en el segundo trimestre de 2021», debido a que se han dado muchos préstamos hipotecarios, algunos con demasiada facilidad porque los tipos de interés son muy bajos, apunta el supervisor en su informe de estabilidad financiera, correspondiente al mes de noviembre. Unas condiciones financieras que, sin embargo, «no van a estar ahí para siempre», advierte el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.
Precisamente en España, el inmobiliario es uno de los sectores que está protagonizando una mayor rapidez en su recuperación tras el golpe sufrido por la pandemia.
Solo en septiembre, las operaciones de compraventa de viviendas registraron en nueve comunidades su mejor mes desde la crisis financiera de 2008, rebasando en una de ellas, Cataluña, incluso el dato de ese mes de 2007, antes del desplome del mercado inmobiliario.
En la misma línea, el informe pone de manifiesto que durante la pandemia se ha incrementado la demanda de vivienda, lo que ha aumentado las señales de sobrevaloraciones en los mercados de vivienda residencial de algunos países.
De hecho, el incremento de los precios de la vivienda se sitúan ya en niveles similares a los observados en 2007, justo antes de que estallara la crisis financiera global y la burbuja inmobiliaria en España.
No obstante, el BCE no señala en su informe cuáles son los países con burbujas inmobiliarias, pero afirma que los problemas han aumentado en los países donde los precios ya eran muy elevados antes de la pandemia.
Un gráfico del informe muestra que el Consejo Europeo de Riesgo Sistémico alertó en septiembre de 2019 a Alemania y Francia y dio recomendaciones a Bélgica, Finlandia, Luxemburgo y Holanda.
Advierte sobre el riesgo de correcciones de precios
Por todo ello, el organismo presidido por Christine Lagarde cree que «la pujanza del crédito concedido al sector inmobiliario puede ser un riesgo grave para la estabilidad financiera».
Y es que, a pesar de que la recuperación económica en la zona del euro ha reducido los riesgos a corto plazo en lo relacionado con la pandemia, dice el texto, al mismo tiempo «ha aumentado el riesgo de correcciones de precios en algunos mercados inmobiliarios y financieros».
De esta forma, recomienda políticas macroeconómicas que prevengan y mitiguen los riesgos en los mercados inmobiliarios de esos países.
Estas políticas suelen incluir medidas como obligar a los bancos a tener suficiente capital para reforzar la solvencia del sistema bancario en las fases de crecimiento excesivo del crédito (colchón de capital anticíclico) y establecer límites y condiciones a la concesión de crédito.
Alemania, en concreto, no ha aplicado ninguna de estas medidas de capital o para frenar la concesión de crédito.
Mientras que Francia ha aplicado límites a la deuda en relación con los ingresos, que entrarán en vigor en enero de 2022, y al vencimiento de los préstamos hipotecarios.
Y en Holanda, uno de los países con mayor endeudamiento de los hogares en relación con el producto interior bruto (PIB), los límites a la relación préstamo valor fueron pospuestos por la pandemia y también entrarán en vigor en enero.
Una subida de tipos aumentaría los problemas
Según el supervisor, los hogares con hipotecas a tipos de interés variable o con periodos cortos de tipos de interés fijos son los que más expuestos están a una inesperada subida de los tipos de interés, que les crearía problemas para devolver el préstamo.
Además, apunta que el mercado inmobiliario de propiedad comercial también puede sufrir correcciones, especialmente las oficinas de baja calidad, ante el aumento del teletrabajo, la preocupación por la salud y la preferencia por edificios más respetuosos con el medioambiente, según el BCE.
Asimismo, el aumento del comercio electrónico también ha reducido la demanda de oficinas y tiendas de menor calidad, donde se espera una caída de los precios de alquiler.
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