La mitad de las compañías peruanas apuesta por una aplicación local de los planes de sostenibilidad. Así se desprende de las conclusiones del I Observatorio “Tendencias en RSC y Sostenibilidad en Iberoamérica”, elaborado por EAE Business School y el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI) y presentado en Perú.
El estudio busca identificar la hoja de ruta de las empresas iberoamericanas en su recorrido hacia los objetivos de sostenibilidad propuestos por la ONU para 2030.
La presentación del Observatorio en Perú, moderada por Bethlem Boronat, experta en sostenibilidad del EAE Business School, contó con la participación de Núria Vilanova, presidenta de CEAPI; Eduardo Hochschild, presidente del Grupo Hochschild Mining y de Diego de la Torre, co-fundador y presidente del directorio de La Viga y Quikrete Perú.
El estudio, en el que han participado 100 de las mayores empresas iberoamericanas, revela que las compañías de países como España, Colombia y México optan por estrategias globales de sostenibilidad, mientras que las entidades peruanas encuestadas en el informe se inclinan por lo contrario.
“Claramente, buena parte de los empresarios peruanos señalan que prefieren desarrollar planes de RSC y Sostenibilidad de forma local”, al contrario de lo que sucede en otros países ha explicado Boronat.
“Las empresas en Perú estamos de acuerdo en que los ODS nos están guiando hacia un cambio en nuestras estrategias de negocio, pues propician una transformación de la cadena de valor con la finalidad de aumentar el impacto positivo en la sociedad”, ha señalado Diego de la Torre, co-fundador y presidente del directorio de La Viga y Quikrete Perú.
Una mayoría de las empresas iberoamericanas coincide en que uno de los objetivos más importantes en esta transformación es “atender mejor las expectativas de los grupos de interés” (68%), en las que se recoge “contribuir a la sociedad” y “proteger el planeta”. En esta línea, toma protagonismo el comportamiento corporativo a través de valores como la “integridad” (22%) y la “ética” (20%).
En su intervención, Núria Vilanova ha subrayado que “América Latina está pasando por uno de los momentos más complicados de su historia. El aumento de la población en situación de pobreza o pobreza extrema y la falta de movilidad social se han agudizado con la pandemia, y los empresarios tienen que dar respuesta a este momento desarrollando un nuevo contrato social, siendo motores del cambio ambiental que afecta a la economía y bienestar de la gente y con su compromiso social. Se necesitan sociedades con prosperidad para que las empresas crezcan, y que sean un ejemplo de buen gobierno, con una lucha radical contra la corrupción y una apuesta clara por la transparencia”.
Asimismo, ha señalado a Eduardo Hochschild y Diego De La Torre como “dos ejemplos que debemos seguir”, puesto que “necesitamos contagiar al mundo empresarial con ejemplos de compromiso”.
La presidenta de CEAPI también ha querido destacar “la labor de Eduardo Hochschild: «La educación es la única vía de movilidad social, y su empeño en crear oportunidades para una educación para los más favorecidos es una gran señal de lo que necesitan nuestros países”.
Las acciones sociales como pilar de la RSC
A diferencia de Colombia y México, donde el aspecto más importante de la RSC es la cadena de suministro, en Perú los colaboradores (22%) y las acciones en la sociedad (20%) ganan protagonismo. Ahora bien, Perú y Ecuador son los países en los que los empresarios detectan una mayor dificultad a la hora de llevar a cabo los ODS dentro de las estrategias de las compañías.
En cualquier caso, entre las compañías peruanas los programas de RSC se han intensificado a partir del Covid-19. Aunque entre los encuestados nace la duda sobre si los aspectos voluntarios de la RSC se incorporarán progresivamente a la legislación del país.
Por otro lado, el análisis destaca la aportación de las diversas empresas que han logrado con éxito la convergencia entre las dos principales vertientes de la RSC: la evolución de las estrategias para generar ingresos y la filantropía.
Ocho de cada diez empresas latinoamericanas sitúan las acciones de filantropía en un segundo nivel. Y es que las compañías están transformando su modelo de producción hacia uno más sostenible y, al mismo tiempo, apoyando a causas beneficiosas para la sociedad.
“Los retos de RSC a los que nos enfrentamos no son sólo de Perú o Iberoamérica, sino que los compartimos con el mundo entero. Un mundo en el que cada uno tiene que poner su grano de arena, y en nuestra compañía llevamos haciéndolo desde hace muchos años, a través de la filantropía y de las iniciativas sostenibles, responsables y respetuosas”, según Eduardo Hochschild, presidente del Grupo Hochschild Mining.
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