Jeff Bezos, fundador de Blue Origin, y Richard Branson, fundador de Virgin Galactic, han logrado el objetivo de realizar vuelos al espacio sin ser astronautas, dando inicio a la era de vuelos comerciales al espacio exterior.
Con el éxito obtenido las compañías de Jeff Bezos y y Richard Branson, podemos decir que ha iniciado la era de vuelos comerciales al espacio exterior.
Tanto el New Shepard, fabricado por Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, y el VSS Unity, de Virgin Galactic, propiedad de Richard Branson, han alcanzado el éxito en las pruebas tripuladas por ambos magnates hacia el «espacio exterior».
En ambos casos, las naves se elevaron a alturas cercanas al límite para abandonar el planeta, y en ellas, los pasajeros han podido experimentar cerca de cuatro minutos de ingravidez, además de una espectacular vista hacia la Tierra.
Las dos naves pueden ser reutilizadas, lo que ayuda a reducir el costo de los vuelos comerciales. Sir Richard Branson se convirtió en el primer turista espacial de la historia cuando completó el vuelo el pasado 11 de julio, tras ser parte de la misión Unity 22.
Sin embargo, los dos modelos presentan diseños y enfoques distintos.
Así funciona el VSS Unity
Fabricado por Virgin Galactic, es un avión espacial supersónico que despega como cualquier otro avión desde una pista. Aunque con una diferencia, va anclado del portaaviones VMS Eve. Una vez que este el portaaviones supera los 13 km de altura, donde se la fuerza de gravedad y la densidad del aire es menor, se suelta y enciende sus motores, para realizar el vuelo fuera de la atmósfera a tres veces y media la velocidad del sonido.
El VSS Unity de Branson tiene capacidad para transportar a dos pilotos y seis pasajeros y alcanza una altitud máxima de unos 293,000 pies. La cabina de la nave tiene 16 cámaras para grabar la experiencia desde todos los ángulos y un enorme espejo, así como una docena de ventanas circulares (dos por persona) para disfrutar las vistas.
Los asientos están fabricados con fibra de carbono y presentan un mecanismo que posiciona a los pasajeros para manejar las fuerzas G. Por último, el VSS Unity aterriza como cualquier otro avión en una pista.
El New Shepard
Blue Origins emplea un funcionamiento propio de los lanzamientos espaciales. Es una cápsula impulsada por un cohete, que parte de una plataforma de lanzamiento, similar a los utilizados por la NASA. Al llegar a la sub-órbita, la cápsula se desprende y el cohete regresa a Tierra.
El New Shepard es 100% autónomo, por lo que no necesita piloto y sus cuatro o seis asientos pueden ser utilizados en su totalidad por pasajeros. La nave alcanza una altitud máxima cercana a los 327,360 pies.
Además de asientos reclinables, cuenta con unas grandes ventanas para disfrutar las vistas. Al momento de regresar a tierra, emplea paracaídas hasta aterrizar.