El pasado 30 de septiembre, Vladímir Putin firmó la anexión ilegal de los territorios ucranianos de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Ese mismo día, Putin advirtió de que, si alguien trataba de atacar alguna de esas cuatro regiones, que solo él y Corea del Norte consideran territorio ruso, usaría armas nucleares. Y, desde entonces, la tensión ha sido máxima. Y lo sigue siendo tanto, que la tensión podría llegar a cortarse con un cuchillo.
Ahora, y en medio de esas tensiones crecientes, ha intervenido el vicepresidente de la Comisión Europea y el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, lanzando una seria advertencia a Putin. El bloque comunitario, cansado de medias tintas, y de encontrarse con una continua indiferencia por parte del presidente ruso, ha decidido elevar el tono y ha sido Borrell el encargado de dar dicha advertencia.
Concretamente, Borrell ha dicho que «cualquier ataque nuclear en Ucrania tendrá una respuesta. No una respuesta nuclear, pero sí una respuesta tan poderosa que el Ejército ruso sería aniquilado«. Estas palabras llegan horas después de que la ONU haya realizado una condena formal a la anexión ilegal de cuatro regiones de Ucrania, a la que solo se han opuesto cuatro países aliados de Rusia, los cuales son Bielorrusia, Nicaragua, Siria y Corea del Norte.
El Ejército ruso trata de rearmar su potencial
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo hace varios días que más de 60.000 soldados rusos «fertilizan ya la tierra de Ucrania», asegurando que los retrocesos del Ejército de Vladímir Putin son cada vez más evidentes. Por si fuera poco, las retiradas en el este han debilitado notablemente la credibilidad militar de Rusia, asediada incluso en aquellas regiones que, hasta hace relativamente poco, controlaban por completo sus aliados prorrusos.
Ahora, y tras la llamada a una movilización militar parcial, Rusia intenta compensar las pérdidas. Los nuevos soldados reclutados se están entrenando en Kaliningrado, que tiene frontera con los países bálticos, a la espera de que se pueda confirmar su traslado a zona ucraniana. De momento, Ucrania mejora su defensa y ya consigue neutralizar la mayor parte de los misiles rusos, aunque el problema principal está en los drones kamikazes iraníes, que están provocando muchos daños materiales y pueden ser letales para civiles.