La situación genera un daño al PIB del país latinoamericano, al mismo tiempo que se traduce en más de 1.000 despidos anuales.
El 20 por ciento de los medicamentos que se consumen en Bolivia provienen del contrabando. Esto se produce con los más comunes, como los analgésicos y antigripales. Así lo indica un estudio titulado ‘El Negocio de la Muerte: Comercio informal de medicamentos en Bolivia’ realizado por el economista Gonzalo Vidaurre y presentado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
El texto es fruto de una encuesta realizada durante ocho meses a 1.800 personas en las ciudades de La Paz, Cochabamba, El Alto y Santa Cruz. «Sí hay consumo consciente del contrabando. El 20 por ciento de las personas consumen medicamentos de contrabando. Asimismo se ha identificado que el 47 por ciento de los consumidores lo hace de farmacias«, ha contado Vidaurre.
Otra de las conclusiones del informe señala que un 43 por ciento de los consumidores compra esos medicamentos en ferias y mercados populares. «Queda claro, según este estudio, que la gente compra sabiendo que (el producto) es de contrabando«, sostiene Vidaurre.
El documento también habla sobre cómo este contrabando afecta a la economía del país, al generar un daño económico equivalente a un 0,2 por ciento del PIB y a un 1 por ciento del PIB industrial. El resultado es la destrucción de 1.100 fuentes de trabajo cada año y una evasión de impuestos que ronda los 15 millones de dólares.
«El comercio informal de medicamentos en Bolivia no es un tema menor y merece una solución, hagámoslo por nuestros hijos, por nosotros mismos», expresa el presidente del IBCE, Reinaldo Díaz.