El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha reprochado este jueves a Alemania y Hungría que sigan comprando petróleo a Rusia: «No entiendo cómo se puede ganar dinero con sangre». Las quejas del presidente ucraniano, formuladas en una entrevista en la BBC, ponen en el foco la dependencia energética que tiene Europa con respecto a Rusia, sobre todo Alemania, que paga a Moscú 200 millones de euros diarios únicamente en gas.
La guerra ha trastocado los planes de Alemania de conseguir la neutralidad climática en 2050. Este es un plan que estaba liderando el ministro de Economía y vicecanciller alemán, Robert Habeck, embarcado en un camino que pretende alcanzar gracias al canal Nord Stream II, un sistema con el que Alemania creía tener asegurado el gas que necesita como tecnología puente hasta lograr la neutralidad climática en 2050.
Compras de más de 200 millones de euros diarios en gas ruso
La dependencia alemana de la energía rusa no es ningún secreto. Cada día desembolsa más de 200 millones de euros para seguir recibiendo el gas necesario para la industria química, la del metal, automóvil, alimentación y los hogares alemanes.
Más de mes y medio después de comenzar el conflicto en Ucrania, Alemania ya ha prohibido las importaciones de carbón ruso, y para finales de 2022 considera que podrá prescindir del petróleo del país liderado por Vladímir Putin.
Esto lo conseguiría en el caso de construir dos regasificadoras para el gas líquido de Qatar y Estados Unidos, ya que todavía no dispone de ninguna. De esta forma, Alemania busca que en 2030 el 80% de la electricidad del país provenga de energías renovables, y en 2035, el 100%.
Ahorrar energía «para cabrear a Putin»
Habeck, además, ha instado este viernes a los alemanes a ahorrar energía para «cabrear a Putin» mientras Alemania busca reducir su dependencia del gas ruso en medio de la guerra en Ucrania.
“Pido a todos que contribuyan ahora al ahorro de energía”, ha solicitado el ecologista, también titular de la cartera de Clima, en una entrevista con los grupos del diario Funke. Además, a lo largo de esta festividad de Semana Santa ha instado a «subir a una bicicleta o coger un tren» para «ahorrar en tu cartera» y «molestar a Putin».
Habeck considera que «siempre se puede ahorrar un 10%» y ha citado medidas dentro de la economía doméstica. «Si calientas tu apartamento y cierras las cortinas por la noche, ahorras hasta un 5% de energía», ha explicado. Además, aboga por bajar un grado la temperatura de las habitaciones, lo que fomenta un 6% de ahorro, según ha subrayado.
Berlín compraba más de la mitad de su gas a Rusia antes de la guerra, pero actualmente ha reducido esta cuota al 40% mientras ha ido intensificando su apuesta por energías renovables. Sin embargo, Alemania no contempla poder prescindir del gas ruso antes de mediados de 2024 y teme verse obligada a racionar el suministro de gas al sector industrial.
Impulso a las renovables
En este contexto, para dar impulso a energía limpias se van a simplificar los requisitos para construir campos eólicos y promocionar las placas solares en los tejados de los edificios. Además, el plan también incluye cambiar la calefacción a bombas de calor e invertir miles de millones en el hidrógeno verde proveniente del Norte de África.
Sin embargo, queda un camino por recorrer. Cuando Angela Merkel puso en marcha el gasoducto Nord Stream I y la construcción de un gasoducto gemelo que suponía una seguridad de suministro, pocos imaginaban que iba a estallar una guerra muy cerca de sus fronteras. Tampoco entonces se creía que el actual conflicto iba a poner en cuestión décadas de ingenuidad en la política alemana y, por lo tanto, en la economía del país.
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