El Banco Central Europeo (BCE) anunció que se encuentra estudiando las consecuencias positivas y negativas que tendría crear un «euro digital»
El Banco Central Europeo (BCE) estudia los beneficios y riesgos de crear una moneda de euro digital ante la aparición de rivales como la libra, el proyecto de criptomoneda estable creada por Facebook.
El BCE ha creado un equipo especial para explorar la posibilidad de crear una moneda de euro digital, que compartirá sus trabajos con las investigaciones y experimentos que ya han realizado algunos bancos centrales del Eurosistema.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo a comienzos de diciembre que prevén presentar resultados a mediados de este año. «Mi convicción personal es que dados los acontecimientos que vemos, no tanto en el segmento del bitcoin sino en el de proyectos de criptomonedas estables, sólo sabemos uno de momento pero hay otros que se exploran y en camino, sería mejor que estemos a la vanguardia si eso ocurre, porque hay claramente una demanda fuera a la que tenemos que responder», añadió Lagarde. Una demanda de pagos más rápidos y más baratos, especialmente transfronterizos.
A comienzos de enero la presidenta del BCE reiteró este mensaje en una entrevista con el semanario francés de información económica Challenges. El BCE considera en un documento que «las innovaciones tecnológicas transforman el paisaje de pagos minoristas europeo». Las criptomonedas estables son las últimas de una larga lista de iniciativas.
La emisión de una moneda digital por parte del BCE podría asegurar que el público general pudiera usar dinero del banco central, incluso, si cayera el uso de efectivo físico; aunque la entidad europea insiste en que «el efectivo es todavía un medio de pago popular en la zona del euro». No obstante, el BCE considera que «perspectivas de iniciativas de la banca central, sin embargo, no deberían ni desalentar, ni desplazar soluciones privadas generadas por el mercado para los pagos minoristas rápidos e eficientes en la zona del euro».
El BCE puso en funcionamiento en noviembre de 2018 el servicio de liquidación de pagos inmediatos de TARGET (TIPS), por lo que la entidad entró en los pagos minoristas. Este servicio permite a los consumidores realizar pagos minoristas en Europa de forma instantánea, por ejemplo a través del móvil que tanto gustan a los más jóvenes, porque permite a los bancos procesar pagos entre ellos en segundos, 24 horas al día, los 365 días del año en todo Europa.
Una criptomoneda estable es un activo digital que aspira a mantener un precio sin gran volatilidad, por ejemplo anclándolo al dólar, y algunas están respaldadas por instituciones financieras y grandes compañías tecnológicas. Nuevas monedas digitales emergen casi diariamente y por ello ha surgido la pregunta de si los bancos centrales deberían emitir sus propias versiones. Las monedas digitales son electrónicas, no son obligación de nadie y es un intercambio directo entre dos partes, que no está centralizado y es anónimo.
Canadá o Suecia ya cuentan con simulaciones
Entre las criptomonedas se encuentra bitcoin, ethereum, litecoin o ripple, cuyo valor es muy volátil. Algunos bancos centrales han experimentado con criptomonedas, pero ninguno ha anunciado todavía que está preparado para adoptar esta tecnología.
Por ejemplo, en 2014 Koning propuso la criptomoneda para pagos minoristas Fedcoin, que sería convertible en dólares y gestionada por los Bancos de la Reserva Federal (Fed). La Fed no ha adoptado todavía esta idea, pero ante la amenaza de la libra de Facebook el año pasado volvió a considerar la posibilidad de emitir su propio medio de pago completamente digital.
CADcoin es una criptodivisa para pagos mayoristas del Banco de Canadá, que se ha utilizado en simulaciones de este banco central en cooperación con Payments Canada, R3 (una empresa fintech) y varios bancos canadienses, pero que no se ha puesto en práctica todavía.
En Suecia la demanda de efectivo ha caído considerablemente en los diez últimos años y muchas tiendas ya no aceptan dinero en metálico. Por ello el Riksbank (banco central de Suecia) se ha embarcado en un proyecto para ver la viabilidad de una eKrona para pagos minoristas, aunque tampoco se ha tomado ninguna decisión.