El uso de criptomonedas para lavar dinero ha experimentado un alza, con los delincuentes procesando cientos de millones de dólares de fondos sucios a través de carteras digitales que permiten ocultar su rastro, según un informe de Elliptic.
En 2020, al menos el 13% de todos los ingresos delictivos del Bitcoin pasó a través de carteras privadas, dificultando el seguimiento de las transacciones de criptomonedas, frente al 2% en 2019, según un estudio de la firma.
Si bien las transacciones de criptomonedas funcionan con seudónimos, se registran en un libro de contabilidad público llamado cadena de bloques, que facilita el seguimiento de los flujos de fondos.
Durante la última década, las autoridades han mejorado en el seguimiento de las actividades ilícitas en las cadenas de bloques.
No obstante, las carteras privadas, que presentan varios tipos, combinan, mezclan y hacen anónimas las transacciones de criptomonedas, lo que dificulta seguir un rastro de dinero.
«Hace que sea prácticamente imposible rastrear fondos, sobre todo si realizas una serie de transacciones a través de carteras privadas», dijo el doctor Tom Robinson, científico jefe de Elliptic. «Este es un gran desafío para las fuerzas del orden. Significa que probablemente se encuentran en un callejón sin salida» por la facilidad que ofrecen las criptomonedas para lavar dinero.
Gran parte de los 120.000 en Bitcoins recaudados en un pirateo de las cuentas de usuarios famosos de Twitter en julio pasaron por una billetera privada, al igual que parte de los 280 millones de dólares en criptoactivos robados de la bolsa asiática KuCoin en septiembre, indicó Elliptic.
El estudio también describe el uso de los intercambios descentralizados -plataformas que no son administradas por una empresa específica- para lavar fondos.
Si bien el volumen total de actividad ilícita en criptoactivos ha crecido en términos absolutos a lo largo de los años, representa menos del 1% de todas las transacciones digitales, frente al 35% en 2012, según Elliptic.