La desaceleración mundial está golpeando fuertemente a la economía de Alemania y podría caer en recesión si el Brexit se produce sin acuerdo antes del 31 de octubre
La caída de las exportaciones hizo retroceder la economía alemana en el segundo trimestre, según mostraron datos el miércoles, ya que los fabricantes germanos se llevaron la peor parte de una desaceleración mundial amplificada por los conflictos arancelarios y las incertidumbres en torno al Brexit.
El Producto Interior Bruto (PIB) cayó un 0,1% intertrimestral, en línea con lo esperado por los economistas consultados por Reuters, al tiempo que uno de los observadores planteó la perspectiva de una nueva contracción en el tercer trimestre y con el sector industrial instando al gobierno a reactivar el crecimiento mediante la emisión de deuda.
En términos ajustados al calendario, la tasa de crecimiento anual se ralentizó al 0,4% en el segundo trimestre desde el 0,9% del primero, según los datos de la Oficina Federal de Estadísticas. Para 2019 en su conjunto, el Gobierno alemán espera un crecimiento de sólo el 0,5%.
“El resultado final es que la economía alemana se está tambaleando al borde de la recesión”, dijo Andrew Kenningham, de Capital Economics, quien señaló que los exportadores se enfrentarían a un potencial golpe aún mayor si el Reino Unido materializa la amenaza de salir de la UE sin acuerdo el 31 de octubre.
Los mercados también se espantaron, con el rendimiento del bund a 10 años tocando un mínimo histórico de -0,624% a pesar de que el dato de crecimiento trimestral coincidió con las expectativas.La oficina de estadísticas de Alemania dijo que el comercio neto ralentizó la actividad económica. Las exportaciones registraron una disminución intertrimestral mayor que la de las importaciones.
La construcción también fue un lastre, después de que el sector impulsara el crecimiento general en los tres primeros meses por un invierno inusualmente templado.
“El dato del PIB de hoy marca definitivamente el final de una década dorada para la economía alemana”, dijo Cars ten Brzeski, de ING.
“Fue una década de fuerte crecimiento gracias a las reformas estructurales anteriores, a los estímulos fiscales, a la localización en su punto álgido y a los esteroides proporcionados por el BCE en forma de tipos de interés bajos y a un euro relativamente débil”.