La estadounidense Kellogg ha sido la última en anunciar el cese de sus operaciones por el deterioro económico y social que atraviesa el país latinoamericano.
Las inversiones internacionales escapan de Venezuela. Las políticas económicas del país latinoamericano, sumado a su casi nula seguridad jurídica o estabilidad política, ha sido un repelente para las grandes multinacionales. Durante la última década, han sido miles las empresas que han hecho las maletas para buscar un destino con más oportunidades de crecimiento. Una tendencia similar a la que se percibe con la migración masiva de sus ciudadanos. ¿La última en abandonar el país latinoamericano?, Kellogg.
La estadounidense Kellogg ha anunciado el cese de sus operaciones en Venezuela y atribuyó la medida al deterioro de la situación económica y social. Sin embargo, no ha sido la única. En marzo de 2010, la marca de alto standing Louis Vuitton dejo de operar en el país bolivariano tras la avalancha de expropiaciones promovidas desde el Gobierno de Hugo Chávez. Es importante recordar que, durante ese mismo año, el Estado se hizo con el control de varias transnacionales, entre las que se encontraba Hipermercado Éxito.
Dos años después, Mattel de Venezuela cierra sus operaciones en el país y se trasladaron a México. En este caso, la compañía argumentó su decisión por las limitaciones generadas por el control de precios impuesto por el Gobierno. En su momento, fuentes de la firma explicaron a los medios que “es muy difícil el acceso a las divisas; por ello, el año pasado tomaron la decisión de dejar que pequeños importadores trajeran al país juguetes producidos por el consorcio”.
Con el paso del tiempo, otras multinacionales fueron preparándose para abandonar un mercado al que habían destinado largos años de trayectoria profesional. En este sentido, otras grandes empresas como la cervecera brasileña Brahmma y la procesadora de maíz mexicana Gruma pusieron el punto final en marzo y abril de 2013. La avalancha fue cada vez más grande y, al año siguiente, la economía venezolana se quedó sin la presencia de: Wonder de Venezuela (empresa textil), Clorox y Pine-Sol (empresas de productos de limpieza), la compañía metalmecánica EFCO de Venezuela y las aerolíneas Air Canada y Alitalia.
Para evitar el abandono total del mercado venezolano, un grupo de empresas extranjeras optaron por reducir al mínimo sus operaciones. El objetivo era aguantar hasta que exista un repunte del mercado, siendo la apuesta realizada por las empresas proveedoras de servicios petroleros Halliburton y Schlumberger, así como Ford Motors y la famosa tienda de ropa española Zara, que en abril de 2014 cerró seis tiendas en todo el país.
Otra de las fórmulas empleadas por las multinacionales ha sido asumir como pérdidas los recursos en divisas que no han sido liquidados por el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex). Una decisión que tomaron como única solución para no abandonar el país: American Airlines, Citigroup, Oracle, Procter & Gamble, PesipCo., IBM, Liberty Mutual, Mapfre Seguros y BBVA.
Más fugas empresariales
Como si fueran pocas, la empresa de alimentos General Mills acabó con sus operaciones en marzo de 2016, un mes antes de que le siguiera los pasos la reconocida empresa de neumáticos Bridgestone Américas.
Otro caso importante a recordar ocurrió en junio de 2017, cuando General Motors decidió dejar de operar en Venezuela, tras la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de embargar sus bienes a raíz de una disputa legal entre la multinacional y un exconcesionario de Maracaibo por un total de 476.000 millones de bolívares. Recientemente la firma anunció que enviará autopartes a Venezuela desde Colombia, para mantener su presencia en el país.
Sólo un mes después, United Airlines señaló la suspensión de sus vuelos diarios entre Houston y Caracas porque no se estaría cumpliendo las expectativas financieras de la empresa. Un escenario que recordó al protagonizado por Lufthansa en 2016, porque no le era posible repatriar las ganancias obtenidas en ese país, sumado al descenso en el nivel de viajes internacionales.
La tendencia de las grandes multinacionales es sólo la punta del iceberg, ya que entre las pequeñas y medianas empresas la migración ha sido mucho más voluminosa. “La economía ha venido manifestando niveles dramáticos, lo que hemos llamado la hecatombe económica (…), teníamos para el año 2002 aproximadamente unas 830.000 empresas funcionando en Venezuela y hoy día quedan menos de 250.000 empresas”, expuso el directivo de Consecomercio, Alfonso Riera, en una entrevista a Unión Radio durante el año pasado.
Promesas vacías
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha asegurado que ganará la “guerra económica” contra los empresarios «oligarcas», tras ganar las elecciones previstas para el próximo 20 de mayo en Venezuela. Un discurso que evidencia su interés por mantener las políticas económicas actuales que sólo han conllevado a la mayor crisis de la nación y que han alejado el interés de los inversores internacionales. En este sentido, se prevé que en 2017 habrá otras muchas multinacionales que seguirán el ejemplo de Kellogg y se alejarán del mercado venezolano.