Reino Unido ha anunciado este lunes que incrementará hasta las 38.700 libras (45.148 euros, al cambio de este lunes) anuales el salario mínimo exigido para conceder un visado de trabajo a los extranjeros que quieran ir al Reino Unido a partir de la próxima primavera.
Una medida que llega después de que la migración marcase un récord en 2022 y los legisladores del Partido Conservador criticaran la gestión del primer ministro, Rishi Sunak.
En una comparecencia ante el Parlamento, el ministro británico de Asuntos Exteriores, James Cleverly, ha endurecido este lunes las normas para esos trabajadores foráneos que quieran obtener un permiso para trabajar en este país, como parte de los planes del Ejecutivo para recortar el número de inmigrantes.
Entre las medidas detalladas en la Cámara de los Comunes (baja), Cleverly también ha anunciado la reforma de la lista de empleos en los que se hacen excepciones por escasez y endurecerá las normas sobre si los trabajadores puedan llevar a sus familias.
Elevados niveles de inmigración
Los elevados niveles de inmigración legal han dominado durante más de una década el panorama político británico y Sunak ha prometido un mayor control después de que los legisladores de su Partido Conservador criticaran su gestión antes de unas elecciones previstas para el año que viene.
«La inmigración a este país es demasiado alta y tiene que bajar, y hoy estamos tomando medidas más contundentes que ningún otro gobierno antes», ha dicho Cleverly a los legisladores. La migración neta anual al Reino Unido alcanzó un récord de 745.000 personas el año pasado y se ha mantenido en niveles altos desde entonces, según han mostrado los datos del mes pasado.
«Este paquete de medidas, más nuestra reducción de estudiantes dependientes, supondrá que en los próximos años vendrán unas 300.000 personas menos de las que han venido al Reino Unido el año pasado«, ha declarado Cleverly. La estrategia, ha añadido «se aplicará a partir de la próxima primavera«.
Escasez de mano de obra
Las medidas podrían provocar nuevas disputas con los empresarios que han tenido dificultades para contratar trabajadores en los últimos años, dada la persistente estrechez del mercado laboral británico y el fin de la libre circulación desde la Unión Europea tras la salida de Gran Bretaña del bloque.
En el sector sanitario, el principal sindicato, UNISON, se ha pronunciado en contra en cuanto ha conocido la reforma migratoria. Su secretaria general, Christina McAnea, la ha calificado como «un desastre». Según ha explicado, la fuerza de trabajo migrante: «Se irá a partir de ahora a países más acogedores».
Además, también han reaccionado en la misma línea desde la asociación médica UKHospitality: «Estos cambios solo van a empeorar la escasez [de mano de obra] que sufre el sector sanitario», ha apuntado su responsable, Kate Nicholls.
El Banco de Inglaterra analizó el mercado laboral hace apenas un mes y expresó también las dificultades que sufren algunos sectores económicos para reclutar profesionales cualificados.