Este viernes, los legisladores finlandeses aprobaron por un estrecho margen una controvertida ley que permite a los agentes fronterizos negar la entrada a migrantes de terceros países que intenten ingresar desde Rusia y rechazar sus solicitudes de asilo. La ley, que estará vigente durante un año, fue propuesta porque Helsinki cree que Moscú está detrás del aumento de migrantes en la frontera.
El gobierno finlandés argumenta que esta medida es necesaria para reducir el número de migrantes y responder a lo que consideran una “guerra híbrida” por parte de Rusia. Según ellos, Moscú está enviando migrantes indocumentados a la frontera entre ambos países. La ley fue aprobada con el voto mínimo necesario en el Parlamento, con 167 votos a favor y 31 en contra, incluidos los legisladores de la Alianza de la Izquierda y la Liga Verde.
El primer ministro Petteri Orpo y su gobierno de centro-derecha defendieron la ley como una medida de seguridad nacional para enfrentar las acciones de Rusia. Sin embargo, la ley ha sido criticada por académicos, expertos jurídicos y grupos de derechos humanos, quienes creen que va en contra de la Constitución de Finlandia, los compromisos internacionales de derechos humanos de la ONU y las promesas de la UE. Michael O’Flaherty, comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, expresó su preocupación y advirtió que la ley podría sentar un precedente peligroso para otros países y el sistema mundial de asilo.
Finlandia cerró su frontera terrestre de 1.340 kilómetros con Rusia el año pasado después de que más de 1.300 migrantes sin documentos ni visados ingresaran en tres meses, pocos meses después de que Finlandia se uniera a la OTAN. La mayoría de los migrantes que llegaron en 2023 y principios de este año proceden de Oriente Medio y África, incluyendo Afganistán, Egipto, Irak, Somalia, Siria y Yemen.