La medida impulsada por la Administración Trump busca disminuir la cantidad de inmigrantes que a diario buscan ingresar a los Estados Unidos.
El gobierno estadounidense inició gestiones este lunes para no aceptar más solicitudes de asilo de migrantes centroamericanos que llegan a la frontera mexicana, en un nuevo intento el ingreso irregular de extranjeros al país.
Según la nueva norma publicada en el Registro Federal, los solicitantes de asilo que pasan primero por otro país no podrán pedir asilo en la frontera sur estadounidense, a menos que hayan hecho la gestión en México sin éxito. También dispone excepciones para víctimas de tráfico de personas.
«Un extranjero que entre o intente entrar en EEUU a través de la frontera sur después de no haber solicitado protección en un tercer país fuera de sus países de ciudadanía, nacionalidad o de última residencia legal habitual que hubiese transitado en camino a EEUU no es apto para asilo», señaló la disposición.
La norma, que deberá entrar en vigencia el martes, se aplica incluso a niños que hayan cruzado la frontera solos.
«Esta medida reducirá dramáticamente el peso sobre nuestro sistema causado por los solicitantes de asilo que no buscan protección en el primer país disponible, los migrantes por razones económicas que carecen de miedo de persecución, y los traficantes y las organizaciones de crimen transnacional que se aprovechan del sistema«, indicó Kevin McAleenan, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional.
Se espera que la normativa, ya criticada por los sectores opositores y activistas de derechos migratorios, sea disputada en tribunales. En un comunicado, el Departamento de Justicia argumentó que la regla «utiliza la autoridad delegada por el Congreso en (…) la Ley de Migración para mejorar la integridad del proceso de asilo colocando más restricciones o limitaciones a la elegibilidad de los extranjeros que busquen asilo en Estados Unidos».