La calidez del hogar en medio de Malasaña. La cafetería Sugar Coffee, proyecto que ha nacido en noviembre de 2016, ofrece un espacio acogedor y tranquilo donde disfrutar de un café con todas las comodidades posibles. “Es como disfrutar de una tarde en el sofá de tu propia casa, pero sin tener que servirte lo que comerás o que lavar los platos. De eso, ya nos encargamos nosotros”, apunta César Barroeta, uno de los fundadores junto a su esposa, Maigualida Pan. Ambos, venezolanos de origen, han comenzado este ‘dulce’ proyecto que prevén se irá expandiendo por Madrid a lo largo de los próximos meses. (Ver vídeo)
“La idea de Sugar Coffee se diseñó en Venezuela, pero no fue hasta llegar a España que se puso en marcha. Hemos aprovechado la experiencia de César dentro del sector de la restauración y los grandes dotes culinarios de Maigualida para entrar en la oferta gastronómica nacional”, indica Inés Barroeta, directora de la cafetería. Con la suma de los talentos de cada integrante, el proyecto se levanta sobre los cimientos de una empresa familiar que recicla las famosas ‘recetas de la abuela’, pero que también innova con nuevos sabores dentro de su carta.
En línea con el espíritu hogareño de Sugar Coffee, la carta ofertada destaca por contar con un estilo sencillo, pero con una evidente mezcla de sabores tropicales y europeos, lo que le permite adaptarse a los diversos paladares de su clientela. “Al estar en uno de los barrios más turísticos de la ciudad, nos hemos encontrado con clientes muy diversos, en su mayoría de otros países. De ahí que apostemos por la capacidad de adaptarnos a sus necesidades y gustos”, apunta Maigualida. Una flexibilidad que les ha llevado a incluir productos aptos para las dietas de personas con intolerancias alimentarias, por lo que no es imposible pedir una cerveza apta para celíacos y leche vegetal.
Con menos de un año en el mercado madrileño, los sueños de Sugar Coffee no paran de crecer. El primer paso previsto será la fidelización de los clientes, una labor que vienen desarrollando con éxito. “La mayoría de las personas que nos visitan una vez regresan a la semana o antes. Hemos tenido, incluso, turistas que han desayunado en nuestro local todos los días de su estancia en Madrid”, precisa César. A esto suman otras dos metas: la inclusión de platos dulces y salados a celíacos y veganos, así como la expansión del proyecto dentro de Madrid.
Aunque no hay plazos determinados, Sugar Coffee aspira a un proceso de ampliación controlado. “La idea es contar con dos o tres locales más en las zonas turísticas de la ciudad, lo que ayudará al conocimiento de la marca. No obstante, será un proceso lento, en donde se pondrá especial énfasis en la calidad y en la creación del mismo ambiente agradable y hogareño que hemos logrado en Malasaña”, adelanta Inés.
El ‘dulce sueño’ de esta familia está transformándose en una realidad, por lo que no será de extrañar que la firma conquiste nuevos espacios de la capital española, mientras dota de una amplia gama de sabores a quienes buscan salir a tomarse un café y disfrutar de una comodidad similar a la del salón de su propia casa.