La modernización de las apps propias es todavía una asignatura pendiente para muchas empresas, en concreto para tres de cada diez.
En un mundo en el que las aplicaciones empresariales son un activo digital fundamental para los negocios, es necesario que las empresas tomen cartas en el asunto para mejorar la experiencia de sus usuarios y/o empleados.
En este sentido, Baufest, consultora internacional de soluciones tecnológicas responsables, analiza los datos y explica cómo cada una de estas aplicaciones tiene un desarrollo concreto, por lo que su modificación debe realizarse medida, elaborando una metodología específica para cada caso.
Según un reciente estudio, The State of Application Modernization, realizado sobre más de 1.400 encuestados en unidades comerciales de compañías con ganancias anuales de a partir de $300 millones, el 71% de los encuestados dice que al menos una de cada cuatro aplicaciones se está modernizando activamente. Por otro lado, el 54% mencionó la mejora de la satisfacción del cliente como un motivador para la modernización de las aplicaciones.
Además, gran parte de las organizaciones han reconocido tardar demasiado tiempo en modernizarse, prueba de ello es que un 56% de los encuestados afirma que retrasar la modernización de las aplicaciones ha terminado por provocar errores en lo relativo al cumplimiento de los requisitos.
Modernización, vía clave para mantener la funcionalidad
Alfonso Sánchez, Country Manager de Baufest en España, afirma que “con la llegada de la pandemia muchas empresas se vieron obligadas a digitalizarse; sin embargo, aunque este hecho ha acelerado la transformación, hay compañías que se han quedado en un desarrollo básico que a la larga será insuficiente si quieren responder a las necesidades de clientes y otros stakeholders.
En este sentido, si mientras estas necesidades cambian, las compañías mantienen sus aplicaciones intactas, no cumplirán con lo que se exige de ellas y se enfrentarán a una competencia a otro nivel”.
Según Baufest, la necesidad de responder a nuevas dinámicas de negocio o el constante cambio que experimentan los sistemas tecnológicos provocan que los sistemas se vuelvan obsoletos en términos de arquitectura, plataforma, aplicabilidad y estabilidad. Esto ya es una realidad, por lo que el único camino viable para asegurar la continuidad funcional de dichos sistemas, del negocio y las personas, es modernizarlos.
Cabe destacar que, pese a que la situación actual sea que los sistemas deben modernizarse cuanto antes, antes de ponerse manos a la obra, este tipo de procesos conlleva tiempo, y más aún cuando las plataformas a las que nos referimos son aquellas que se encuentran operativas, por lo que nada puede fallar durante el proceso de modernización.
Reducir costes, optimizar los recursos disponibles o establecer una base para evoluciones futuras, son entre otros, varios de los objetivos que debe tener un proyecto de modernización, según Baufest.
Las empresas necesitan incorporar a sus sistemas una rápida innovación para desarrollar y lanzar nuevos modelos de negocio y productos, optimizar los procesos comerciales y responder a los nuevos requisitos de las partes interesadas tanto externas como internas.
En caso de que no consigan cumplir con ello, crecerán barreras para la adquisición de nuevos talentos y tanto la imagen de la compañía como la participación de mercado pueden volverse vulnerables de cara a sus competidores.
Transformación digital, un proceso fundamental para las empresas
Para lograr los beneficios que puede ofrecer la transformación digital, debemos utilizar las herramientas adecuadas para cada solución. Teniendo en cuenta esto, aparecerán beneficios como la optimización a nivel de costos de infraestructura y de software, así como también las mejoras tanto a nivel de la seguridad y de las funcionalidades, y de la disponibilidad operativa y la agilidad empresarial.
Baufest se ha consolidado como especialista en procesos de modernización de aplicaciones enmarcados en estrategias de transformación digital.
De hecho, la compañía está abordando actualmente la migración de aplicaciones legacy como proyectos especiales y diferentes al desarrollo de software a medida, consolidando una metodología específica y comprobada que permite garantizar la continuidad de la operación, la convivencia de los sistemas durante la transición y altos niveles de adopción.
De esta forma, queda mitigado uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan las empresas a la hora de tomar la decisión de modernizar sus aplicaciones, puesto que permite utilizar la aplicación mientras se realiza el proceso de mejora, sin sacrificar la calidad del servicio.