La obra musical ‘El: Fin’ ha implementado una nueva modalidad teatral que está cautivando por su creatividad a la ciudad de Madrid.
Un meteorito impacta bestialmente contra la ciudad de Madrid. Las luces fallan. El tráfico colapsa y la cuenta regresiva se enciende para el fin del mundo. Ante la inminente llegada del apocalipsis sólo hay dos formas de afrontar las últimas horas de vida: caer en la desesperación o disfrutar al máximo de cada instante al ritmo de una gran fiesta ‘rave’. Si eres de los que escogerían la segunda, la puerta de entrada está abierta en el Teatro Gymage.
Así es ‘El: Fin’. Una obra de teatro musical e inmersivo donde las personas «aprenden a disfrutar de su última hora y media de vida», según explican a IberoEconomía Pablo Raya y Gerald Marti, los creadores de la producción teatral. Dos profesionales que se dedican al sector desde los 18 años y que, tras una década de experiencia, han decidido revolucionar la oferta cultural con una historia que han escrito de su propio puño y letra. «Teníamos claro que queríamos implementar dos ideas: la primera, romper con la cuarta pared todo lo que fuera posible; y la segunda, mostrar y enseñar todo el significado detrás del ‘carpe diem’«, precisan.
Los actores, quienes trabajaron por un año y medio en la preparación de ‘El: Fin’, aseguran que está diseñada «para el disfrute de todos los públicos. En especial para aquellos que quieran disfrutar de una experiencia diferente, que estén dispuestos a disfrutar del momento y que, por supuesto, tengan más de 18 años». Sin embargo, la temática ‘rave’ no sólo está pensada para las nuevas generaciones, «ya que hemos tenido público de todas las edades que vienen y disfrutan del espectáculo. Incluso, ha sido el caso de nuestros propios padres«, matiza.
A diferencia del teatro convencional, los actores y directores han buscado que el público sea el gran protagonista de la obra, por lo que su participación es fundamental para el desarrollo de la función. «Son una pieza más del equipo que está sobre el escenario. Al mismo tiempo, nos obligan a estar en un constante proceso de improvisación para adaptarnos a cada persona que forma parte de este tan singular apocalipsis».
La cara amarga del apocalipsis
Pablo Raya y Gerald Marti reconocen que «montar una empresa teatral de estas magnitudes tiene un elevado coste en España«. Para ellos, el proyecto fue viable gracias a que lograron el patrocinio de la cervecería Carlsberg. No obstante, tuvieron que atravesar «trabas de tipo burocráticas» y «una gran inversión emocional, debido a que la obra requiere de una completa involucración». Un esfuerzo que ha valido la pena tanto para los creadores como para el equipo de siete actores que dan vida y color a la última hora y media del mundo.
Si bien reconocen que vivir del teatro es posible, «como evidencia que llevamos 11 años dedicados al sector y seguimos vivos«, también recomiendan que los actores «cuenten con buena formación y que sean versátiles, debido a que la industria no es lo suficientemente grande como para contar con profesionales que sólo se desarrollen en un área o en una especialización. Por el contrario, es un trabajo duro, sacrificado y que requiere de la capacidad de adaptarse a las exigencias que surgen en cada momento».
Con el viento soplando a favor, Pablo Raya y Gerald Marti están convencidos del potencial de ‘El: Fin’, por lo que buscarán llevar la obra a un próximo nivel, transformándola en un nuevo formato y permaneciendo en la oferta cultura de Madrid hasta, por lo menos, el final de la temporada de verano. Eso sí, siempre que el mundo no quede reducido a cenizas antes.