La colombiana Claudia Betancur afirma que los temores son contraproducentes para alcanzar el éxito empresarial, por lo que recomienda confiar en el proyecto a pesar de los tropiezos.
Su pasión por el maquillaje apareció desde muy joven. A pesar de que le costase algún regaño en su hogar o en el colegio, Claudia Betancur disfrutaba viendo cómo su rostro se transformaba entre pinceles y colores. Lejos de ser un entretenimiento juvenil, viajó hasta Barcelona para estudiar en la Escuela Cascarra y fue paso a paso logrando un gran reconocimiento dentro del sector. Ese que le ha permitido trabajar con celebridades como Laura Pausini, Jennifer López, Thalia, Kim Kardashian y Alejandro Sanz.
La colombiana, que es la actual embajadora de Esika para Latinoamérica, ha desarrollado su lado empresarial con su propia firma. Una experiencia que requirió de esfuerzos, pero que le han enseñado una lección inolvidable: “es un error tener miedo al emprender”.
¿Cómo surge tu pasión por el maquillaje?
Estaba muy pequeña cuando descubrí la magia del maquillaje. Me bastó ver cómo lograba transformar unos ojos azules, solo con un lápiz negro, para que se convirtiera en mi pasión y seguir creando.
¿Eras de las niñas que se escapaba para maquillarse a escondidas?
¡Sí!, todo el tiempo. Así fue que empecé, sólo con 13 años ya me hacía ‘smoky eyes’ y mi mama me decía que estaba muy chiquita para eso. En el colegio, también me mandaban todos los días a lavar la cara.
¿Cómo afrontaron tus padres tu decisión de dedicarte profesionalmente al maquillaje?
Estaba terminando el colegio, cuando empecé a trabajar. Lejos de ser un capricho, seguí con el trabajo durante toda mi carrera. Ellos se dieron cuenta inmediatamente que era una gran profesión porque pude pagarme toda mi universidad. Mi mama me ayudó siempre, me manejaba la agenda y me contemplaba mucho cuando llegaba después de trabajar todo un día. Siempre se sintió orgullosa de mí.
De joven colaboraste con tu hermano en un estudio de fotografía, ¿guardas algún recuerdo o aprendizaje de esta época?
Los más bellos recuerdos. Primero empezamos a domicilio y luego en mi casa. Mi mamá nos ayudaba a desbaratar la sala y el comedor, sólo teníamos unas luces continuas que estaban amarradas a unos palos de escobas y un telón gris tenido con maicena y carbón. Recuerdo la música que odiamos, el olor de mi maquillaje y las clienta que pasaban cada sábado por nuestro estudio improvisado.
¿Por qué escoges España para formarte en el mundo del maquillaje?
Porque había oído hablar de que habían grandes academias en España. Sabía que tenía que salir del país para crecer y abrir mis horizontes.
¿Cómo valoras la evolución de este sector en España? ¿y en comparación con otros países de Europa o de Estados Unidos?
Valoro que, ya en la carrera, se le dio mucha más importancia al sector del maquillaje y que, gracias a eso, ahora somos artistas; se nos ve con otros ojos. Por ejemplo, en Estados Unidos muchas veces dicen “llegaron los artistas”, por lo que creo que en este país es muy valioso el talento y esto falta un poco más en Latinoamérica
Uno de los primeros hitos de tu carrera fue maquillar a la hija de la propietaria de Market America, ¿pensaste que sería un trabajo que te abriría tantas puertas?
Nunca. Tú no sabes a lo que te estas afrontando ese día, solo haces tu trabajo de la mejor manera, como siempre digo. Hay golpes de suerte, pero eso te pasa un día; lo importante es mantenerlo y eso ya está en ti.
¿Cómo te sentiste la primera vez que tuviste que maquillar a una celebridad internacional?
Sentí un poco de nervios al principio. Fue a Eva Longoria, pero al verla tan natural, tan dulce y tan sencilla se me hizo más fácil. La ventaja que siempre he tenido es que llego recomendada por alguien, y esto hace que ya haya más confianza
¿Qué anécdotas recuerdas de tus trabajos con grandes figuras como Thalia, Laura Pausini o Jennifer López?
Son muchos y muy especiales. Verlas trabajar creo que es lo que más me quedó marcado. Poder oír cantar a Laura Pausini mientras la maquillaba; ver como JLO se concentra y se entrega como si fuera lo único que tiene que hacer; y a Thalia reír sin parar haciendo sus novelas con nosotros, ya que su gran humor y su alegría son arrolladores. Por eso siempre digo que ellas no están ahí por nada, cada una tiene cosas tan impresionantes que las hace únicas.
Otras de tus grandes facetas es como emprendedora, ¿cuál consideras que es la receta para el éxito empresarial?
Creo que el éxito consiste en trabajar incansablemente. Dicen que llegas a la excelencia después de que te dedicas más de 10.000 horas a algo. Además, hay que hacer todo de corazón y darlo todo, sea cual sea el trabajo, sin esperar recompensa. Hazlo con amor, porque lo que das con amor se devuelve con amor.
¿Y el error más importante a evitar frente a una empresa?
Evitar tener miedo, el miedo paraliza. Cree en ti o en tu producto, así lo intentes mil veces. Yo lo intente muchas veces viniendo a este país y no se me daban las cosas, pero hasta que no lo lograse, no me lo sacaba de la cabeza.
¿Cuáles son los pasos que te gustaría conquistar durante los próximos años?
Ser alguien que inspira, hablar y mostrar que sí se puede. Que todo está en ti y poder compartir estos mensajes con muchas mujeres.
¿Algún artista con el que quisieras trabajar y aún no has tenido la oportunidad?
Siempre digo que con Shakira. Dicen que se parece a mí y eso me gusta porque la admiro por su inteligencia. Me encantaría, más que poder trabajar con ella, oír sus ideas.
Como embajadora de L´Oreal Paris, ¿qué mensajes envías a los jóvenes latinos que sueñan con seguir tus pasos?
¡Esta pregunta me hizo llorar! Que los corazón limpios y con pasión tienen el mundo en sus manos, solo hay tener fe en uno y que nunca te olvides de dónde vienes, ni quienes te dieron la mano. Agradece siempre.
Para mantener el éxito empresarial y la marca personal, ¿hay que convertirse en un ‘influencer’ de las redes sociales?
Creo que el mundo ha hecho que cambiemos con la tecnología y sí es importante un buen manejo de tus redes. Esto para las marcas es clave y debes invertirle tiempo.
El gran sueño que deseas conquistar
¡Conquistar el corazón de muchas, muchas, muchas mujeres! Ese es mi gran sueño.