La cadena ‘low cost’ prevé que la facturación aumente en unos 500.000 euros gracias a su nueva apertura en Madrid, donde buscará contar con hasta 1.000 alumnos.
Los coches de la autoescuela hoy-voy casi nunca están aparcados. El CEO y cofundador de la empresa, Carlos Duran, explica a IberoEconomía que “nuestra tarea es llenar todas las clases para que sea rentable”. Para lograrlo, “nos apoyamos en la tecnología para crear un índice propio de precios, de la misma manera que funciona la bolsa”, lo que les permite optimizar costes y generar una oferta de precios ‘low cost’ según la demanda de los estudiantes.
Convencidos de su potencial, la autoescuela catalana ha iniciado su proceso de expansión nacional, lo que le ha llevado a su apertura en Madrid, donde prevé que incrementar su facturación en 500.000 euros durante el primer año, de la mano de hasta 1.000 alumnos. A lo que se sumarán cuatro nuevas aperturas antes de 2018, por lo que se llegará a un total de 23 sedes de la empresa.
¿Cómo surge la idea de crear una autoescuela ‘low cost’?
La idea no era crear una autoescuela ‘low-cost’ como sinónimo de menos servicio a menor precio, sino llevar la modernidad a un sector muy tradicional. Nuestro modelo combina muchos factores que permiten ofrecer mayor servicio a unos precios competitivos y acordes al mercado, especialmente a los jóvenes que son la gran mayoría de la clientela de este sector. La incorporación de la tecnología en la gestión es la clave para conseguir esta simbiosis.
¿Se puede considerar a hoy-voy el ‘Ryanair’ de las autoescuelas?
No. No son casos comparables a nivel de modelo de negocio. Lo único que nos une podría ser que ambas empresas han revolucionado su sector a través de nuevas maneras de hacer.
¿Cuál es el secreto para unos costes bajos sin sacrificar la calidad?
Haciendo que los coches no dejen de circular. Esta es la clave, la ocupación de los vehículos. Nuestros profesores cobran un salario fijo y nuestra tarea es llenar todas las clases para que sea rentable. Además, nos apoyamos en la tecnología para crear un índice propio de precios, de la misma manera que funciona la bolsa. Cuando prevemos que una clase no se va a vender o tiene poca demanda, bajamos el precio y las ofrecemos a los alumnos a través de un sistema de alertas al móvil.
¿En qué consiste el sistema de hoy-voy para lograr una tasa tan elevada de aprobados?
En parte, otra vez, gracias a nuestra obsesión por las nuevas tecnologías. En hoy-voy tenemos implementado un sistema de test on-line que, durante el curso, va adaptando las preguntas al conocimiento de cada alumno y le guía en su aprendizaje de manera personalizada. En el apartado práctico, monitorizamos con iPads instalados en los vehículos el comportamiento de los alumnos. Como ya hacen hoy en día muchos deportistas profesionales, a través de estos datos los alumnos pueden ver sus avances y sus puntos flojos a mejorar.
¿Qué representa para la compañía la nueva apertura en Madrid?
Hoy-voy nace en Barcelona y después de cinco años se ha implantado y consolidado en el mercado de proximidad. Estamos en la mayoría de ciudades de más de 50.000 habitantes en Catalunya. Conseguidos estos objetivos era un paso lógico dar el salto a toda España y estar en la capital era todo un reto.
¿Qué impacto económico estiman que tendrá para el crecimiento de la facturación de la empresa?
Para el primer año de vida, la previsión es alcanzar la cifra de facturación de 500.000 euros. En paralelo, estamos explorando la apertura de nuevos centros en la comunidad autónoma de Madrid.
¿Y en el total de nuevos alumnos?
El objetivo para nuestro primer año es de entre 800 y 1.000 alumnos.
Ante el crecimiento de la cadena, ¿se plantean la idea de convertirla en una franquicia?
En hoy-voy ya funcionamos con el sistema de franquicias. Desde un primer momento, entendimos que la única forma de crear valor era compartirlo. Cada vez que unimos a un nuevo franquiciado lo formamos y lo acompañamos para que sea autosuficiente. Ellos se dedican a formar nuevos conductores y nosotros a la gestión del negocio. De hecho, la mayoría de franquiciados surge de los propios profesores, que valoran el proyecto y deciden emprender su propio negocio de nuestra mano.
¿Cuáles son los planes a medio plazo de la empresa?
A corto plazo, tenemos previstas cuatro aperturas más antes de acabar el año. Llegaremos así a las 23 y de aquí en adelante el objetivo es crecer a una media de entre 10 y 12 autoescuelas por año.
¿Se valora un proceso de internacionalización por Europa?
No, de momento nuestra estrategia de expansión pasa solamente por la apertura de autoescuelas dentro de la geografía española.
¿Qué cambios considerables hay entre las pruebas actuales para obtener el carnet y las que se hacían hace 5 años?
Lamentablemente muy pocos, queda mucho por hacer. Una de las reivindicaciones de las autoescuelas es que se modernice el sistema de presentación de alumnos a través de la tecnología para poder agilizar esta gestión. Además, cada vez hay más escasez de examinadores, a la que tenemos que sumar la huelga que afecta al sector desde el mes de junio. Todo ello acaba afectando a los alumnos y a su ritmo de preparación.
¿Cómo se imagina a la empresa dentro de otros cinco años?
Nuestra idea es seguir creciendo y consolidando el modelo adaptándolo a las distintas peculiaridades de las ciudades en las que nos vamos instalando. Nuestra idea es abrir entre 50 y 60 autoescuelas más durante este periodo a la vez que diversificamos la actividad con nuevos modelos de negocio.