James Daunt ha adquirido Barnes & Noble y quiere replicar el éxito de Waterstones transformando la compra de libros en una experiencia diferenciadora.
Leer. A mucha gente le gusta leer. Sin embargo, las librerías están empezando a dejar de ser esos lugares hegemónicos y emblemáticos de compra de libros. La compra online ha avanzado mucho en ese aspecto. Por eso, James Daunt, empresario británico y dueño de Waterstones (la cadena de librerías más grande de Reino Unido), decidió transformar las librerías en otra cosa. O mejor dicho: en lo que realmente son.
Pero, ¿es posible tal hazaña en tiempos de Amazon? El esquema de Daunt es sencillo: las librerías ya no serán meros espacios de comercialización de libros, sino que tienen que aportar algo más: una experiencia.
Bajo ese concepto, transformó su negocio en 2011, cuando estaba al borde de la quiebra. ¿Qué fue lo que hizo? Llenó las 289 librerías a su cargo con libros que los clientes quieren, y no con los títulos que los editores sugerían mediante acuerdos comerciales. Además, le dio vía libre a que cada gerente personalice su librería y evitar la frialdad estándar de las cadenas. Fue tal la libertad que algunos locales directamente le cambiaron el nombre. Todo esto fue contado en The New York Times.
¿Quién es James Daunt? Tiene 55 años y si bien siempre estuvo cerca de la literatura hubo un momento en que decidió dedicarse al mercado del libro. Trabajó un tiempo prolongado como banquero de JP Morgan hasta que dijo basta: fundó Daunt Books y abrió seis librerías en Londres. A partir de entonces, estudió el rubro e intentó diferenciarse de las propuestas que predominaban en el mercado. Y vaya que lo hizo.
Ahora, la novedad es que Daunt compró la cadena Barnes & Noble de Estados Unidos. Su grupo, Elliott Advisors, la adquirió por $683 millones de dólares. Son 627 locales que el empresario británico dirigirá desde New York, adonde se acaba de mudar. Esta adquisición, sumada a la cadena Waterstones, lo convierten en una de las figuras más importantes del mercado editorial mundial, al que diferentes empresas, editores y escritores siguen con mucha atención.
Entre sus propuestas para hacer de la librería un lugar dinámico y especial, está la selección del «libro del mes» y del «libro del año». Ambas categorías (que no son elegidas por acuerdos con las editoriales) generalmente se convierten en bestsellers y, a diferencia de los algoritmos, permiten descubrir joyas olvidadas. Sin embargo, todo esto se ofrece dentro de un paquete mayor: la experiencia de visitar la librería, mirar libros, tomar café, participar de estos espacios de encuentro, cualidad que nunca tendrá la transacción online.
Según el propio Daunt, en la librería eliges un libro que «disfrutarás más» y «leerás más rápido» porque «lo elegiste con tus propios ojos, tus manos, tus oídos», dijo en diálogo con The New York Times.
En su esquema, el librero es fundamental ya que se encuentra allí para dialogar con los clientes sobre literatura. Es un regreso a los primeros locales de Daunt Books, que se abrieron en 1990: tienda que eran la casa de un librero anticuario con estantes de roble, galerías y balcón. Ese es el estilo y el espíritu que revitaliza, en tiempos de internet y aplicaciones, el negocio de las librerías.
Pero no siempre fueron buenos tiempos para los libros. En 2010, Waterstones estuvo a punto de desaparecer y Daunt Books corría el mismo riesgo. Lo que ocurrió fue sorprendente: Alexander Mamut, un multimillonario ruso fan de la literatura, compró Waterstones y puso a Daunt al frente. ¿Un librero anti cadenas al frente de una? ¡Exacto! Entonces comenzó el repunte.
¿Se repetirá la historia con Barnes & Noble? ¿Podrá Daunt desterrar el modelo frío y estándar de las cadenas para hacer valer la experiencia de elegir, comprar y leer un libro? Todos creen que sí.
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