Alfredo Rodríguez y Cristina Martínez han inaugurado en el corazón de Madrid «una escuela para el control y bienestar del cuerpo».
«La creatividad es el poder de conectar lo aparentemente inconexo». El pensamiento del reconocido novelista y poeta William Plomer forma parte de T-LAB. Un espacio donde la Fisioterapia y el teatro no pertenecen a dos mundos separados, sino que conviven dándose la mano en «una escuela para el control y bienestar del cuerpo». Alfredo Rodríguez y Cristina Martínez, fundadores de la iniciativa que se encuentra en el madrileño barrio de Lavapiés, afirman que «si bien a primera vista puede ser un poco extraño unir ambos sectores, en la práctica forma parte de un proceso circular que fomenta el bienestar individual«.
Rodríguez, quien era gerente de Investigación de mercado en Banesco, estudia Fisioterapia al topar con las dificultades del mercado laboral. «Simultáneamente, trabajaba como camarero para costear mi permanencia y mis estudios». A pesar de sus orígenes en el sector bancario, Alfredo era parte del Grupo Actoral 80 en Caracas. Una pasión de la que no se olvidó durante su permanencia en España, lo que le llevó a conocer a Cristina durante un casting. «Hubo una química inmediata e inició una de esas amistades que nos ha permitido emprender juntos», afirma IberoEconomía.
Sus caminos son bastantes parecidos. Cristina, quien llegó a España en 2016, también sabe lo que es empezar de cero. A pesar de contar con el título en Ciencias de la Comunicación, su primer trabajo fue como colaborando en un restaurante de Madrid, siendo la número dos en la cocina. Después, fue dependienta en una tienda del aeropuerto. «En ambos trabajos aprendí mucho», reconoce. Así como su compañero de emprendimiento, Martínez tampoco dejó en el olvido sus sueños por el teatro, entendiéndolo como una herramienta de la comunicación no verbal.
Los dos jóvenes emprendedores fusionaron sus conocimientos en T-LAB, «escuela para el control y bienestar del cuerpo». Con una inversión inicial de unos 7.000 euros, Alfredo y Cristina han abierto un espacio donde los ciudadanos podrán encontrar servicios de Fisioterapia y de teatro, además de contar con clases de maquillaje, manejo corporal, yoga, pilates, coaching emocional y otras actividades «que lleven al uso óptimo del cuerpo».
Servicio a la comunidad
Con un total de cinco personas conformando T-LAB, sus fundadores reconocen que cuentan desde el primer día con una función social. «Queremos ayudar a los venezolanos y al resto de extranjeros en el proceso de migración e integración a la sociedad española. En este sentido, nos gustaría ofrecer, a partir de nuestra experiencia, recomendaciones al momento de tramitar sus documentaciones, firmar un contrato de trabajo o de encontrar oportunidades y servicios de interés», matizan.
Asimismo, advierten que T-LAB sirve de escenario para todos aquellas personas que trabajan en el sector teatral, pero que aún están dando sus primeros pasos. «Acá podrán presentar sus obras sin la necesidad de contar con una experiencia previa que exigen las salas de teatro, así como con una distribución más justa de las ganancias entre el equipo de la obra y la sala», puntualizan.
A pesar de estar en sus primeros meses, T-LAB ya ha presentado unas cinco obras de teatro y cuenta con una afluencia diaria de unas 20 personas. Las expectativas son altas y ya tiene clara cuál es su meta para su primer año: «Convertirnos en el espacio de referencia en la fusión de la Fisioterapia y el teatro».