España aún tiene mucho margen de mejora en la promoción del emprendimiento. Según el ‘Informe Mundial Global Entrepreneurship Monitor’, el inicio de proyectos propios está aumentando en todo el mundo, lo que ayuda a la promoción de empleo, ya que los datos de la investigación apuntan a que el 55 por ciento de los emprendedores esperan crear al menos un puesto de trabajo en los próximos cinco años. Una tendencia que, sin embargo, no está tan generalizada en España.
El estudio, que en España cuenta con el apoyo de Banco Santander, la Fundación Rafael del Pino y la coordinación del Centro Internacional Santander Emprendimiento, asegura que el 57 por ciento de los emprendedores afirman que no tienen intención de contratar personas en los próximos cinco años. Sin embargo, del 43 por ciento que sí tiene previsto generar algún empleo, alrededor de un 10 por ciento planean contratar seis o más empleados para el crecimiento de sus iniciativas en los próximos cinco años, mejorando la cifra de años anteriores.
El principal índice analizado por el informe es la Tasa de Actividad Emprendedora, utilizado para medir las iniciativas con hasta 3,5 años de vida en el mercado sobre la población de 18 a 64 años. Si bien la media de Europa se posiciona en el 8,4 por ciento, la tasa en España es de apenas 5,2 por ciento, lo que le sitúa por debajo de la media europea, aunque por encima de algunos de los principales países de la región, como es el caso de Italia, Alemania y Bulgaria, todos por debajo del cinco por ciento.
La Tasa de Actividad Emprendedora española ha bajado medio punto porcentual con respecto al año anterior y, si bien se puede considerar que su situación es estadísticamente constante, la foto fija que representa el estudio muestra que después de la crisis España se ha estabilizado en torno al 5,5 por ciento, cuando antes del 2007 alcazaba el 7,6 por ciento. No obstante, en cuanto a las motivaciones para iniciar negocios, el 70 por ciento de los emprendedores españoles lo hacen motivados por una oportunidad.
En la misma línea, se recomienda una apuesta más solida por la innovación. El informe apunta que el índice de innovación en España continúa siendo muy baja, situándose en el 23,7 por ciento, por encima de países como Portugal (21 por ciento), pero por debajo de la media europea (28,3 por ciento) y de otras economías más competitivas como Holanda (29,5 por ciento), Francia (33,9 por ciento) o Austria (35 por ciento). Esto se explica porque se ha evidenciado una clara correlación entre los países innovadores, que son los que invierten más en I+D+i sobre PIB, y la percepción de oportunidades para emprender de forma innovadora.
Para mejorar los resultados alcanzados, los expertos del estudio recomiendan la introducción de conceptos sobre actividad emprendedora en todos los niveles educativos, la mejora de los trámites burocráticos y cargas impositivas, así como el fomento de la transferencia de I+D al tejido productivo.