El director de cine argentino valora positivamente el giro de las producciones regionales, similar al presentado en su último corto que está participando en más de 10 festivales del mundo.
El cine latinoamericano está evolucionando. Los Premios Oscar han evidenciado que la región está buscando escapar de los temas de integración social, delincuencia y pobreza para enfocarse a tramas más universales y que tiene un alcance internacional. “Durante una época parecía que las producciones latinoamericanas estaban destinadas a sólo hablar de los dramas sociales. Al menos, aquellas que programaban los festivales de cine. Afortunadamente esto está cambiando y los festivales están dando espacios a creaciones que tratan otros asuntos”, afirma a IberoEconomía el director de cine argentino Diego Sabanés. “En el caso de nuestro corto, podríamos decir que habla de la tensión entre la vida social y la vida sexual”, bromea.
Justamente, Sabanés ha logrado escapar de los parámetros del cine latinoamericano con su cortometraje ‘Los invitados siempre vuelven’. La obra, que aporta una innovadora propuesta en la estructura narrativa y dramática, se está proyectando en una decena de festivales internacionales, luego de haber recibido tres premios de jurados diferentes en la Semana del Cortometraje de Madrid. Sólo hace unos días, su producción participó en el Festival de Omaha (Nebraska), en la 25 edición del Festival de Cine Latino de San Diego, y en el Festival Latino de Houston.
La presencia en Estados Unidos solo ha sido un precalentamiento. ‘Los invitados siempre vuelven’ ya está lista para también demostrar su talento en el Festival de Cine Español de Nantes, mientras que en abril estará en el Festival SENE (New England), en el Festival de Redondela y en el Festival Piélagos en Corto, donde el argentino está nominado a la categoría de mejor director. Como si fuera poco, en mayo la obra llegará al Festival de Cine Independiente Europeo (ECU) y en el Festival de cine y TV del Reino de León.
A pesar del éxito alcanzado, Sabanés se mantiene humilde y afirma que “ha sido toda una experiencia inesperada. Pensábamos que el corto tendría impacto en el otoño de 2017, pero nos ha llegado con la primavera de 2018”. No obstante, le enorgullece saber que su obra ha logrado estar entre dos reconocidos festivales de cine latino de Estados Unidos (San Diego y Houston), así como que “esté en diversos países y en eventos donde se valora mucho la experimentación narrativa, como ocurre en el Festival de Omaha”.
La vida de ‘Los invitados siempre vuelven’ no se circunscribe a los festivales. Tras haber sido emitida en Telemadrid, volverá a proyectarse en abril durante ‘Los lunes son cortos’, un ciclo organizado en la Cineteca del Matadero. Simultáneamente, el director argentino ya está pensando en sus planes a futuro. “He solicitado algunas ayudas económicas a la Comunidad de Madrid para la grabación de otro corto. De lograrlas, podría comenzar con este nuevo proyecto en la segunda mitad del año”, precisa.
Otra parte de su tiempo lo dedicará a un proyecto con un enfoque más musical, uniendo -su talento su talento al de su compatriota argentina Matilde Vitullo, bandoneonista. Además, en septiembre de 2018, estará presentando en la Plaza Jardines de las Brigadas Internacionales, en el Casco Histórico del distrito de Vicálvaro, la propuesta con la que ganó el concurso del Ayuntamiento ‘Imagina Madrid’.
“El objetivo es diseñar una instalación artística en un espacio público, a partir de los recuerdos de vecinos del barrio”, adelanta. Para ello está trabajando con la especialista en performance Jana Pacheco y el arquitecto David Carrasco. En nuestro medio el trabajo en equipo es la clave para poder concretar.
El cine latinoamericano está evolucionando, buscando escapar de encasillarse y llevando mensajes más universales con ese ‘toque’ latinoamericano tan característico de la región.