Tras un breve paso por la GNB, el emprendedor venezolano fue propietarios de varias panaderías en Caracas. Un modelo de negocio que replica con éxito en Madrid.
El lugar con los “mejores cachitos de jamón de todo Madrid”. Así es como se conoce en la capital española a Montipan, la cafetería y panadería de Ángelo Bello que en tan solo tres meses en el mercado ha logrado conquistar a una importante parte de la diáspora venezolana. ¿La clave del éxito?, la dedicación y la experiencia.
“Cuando me gradué como Guardia Nacional, tardé tres años en darme cuenta de que eso no era lo mío. Así que decidí emprender por cuenta propia con la Cafetería Italia. Con el paso del tiempo, me hice socio de un grupo de portugueses y reflotamos una cafetería que estaba quebrada en la zona de la California (Caracas)”, recuerda Bello. A pesar de los esfuerzos y del buen crecimiento de la panadería, “la situación país no ayudaba, por lo que tuve que plantear la opción de salir de Venezuela”.
Durante el año 2017, el emprendedor venezolano visitó República Dominicana hasta en ocho ocasiones. “Tenía claro que quería inmigrar a España desde el principio, pero no quería dejar pasar la oportunidad de diversificar la inversión en el extranjero”, matiza. De ahí que en el país latinoamericano llegase a crear una empresa relacionada con la restauración, pero que “tras caer en manos de un primo ha tenido que cerrar”.
Su proceso personal en Madrid ha sido diferente. Con su llegada a España, lo primero a lo que se dedicó Ángelo fue a conocer el mercado laboral, desde abajo. “Lo primero a lo que me dediqué fue a poner publicidad en los buzones de los edificios, también estuve como repartidor y trabajando en el sector de las telecomunicaciones”, recuerda. Durante esta etapa “conocí a las personas clave para poder emprender de nuevo en el sector de la panadería”.
Emprendimiento en el horno
Así fue como, con el apoyo de españoles y una inversión de unos 30.000 euros, nace Montipan en Madrid. “Cuando se abrió la panadería estábamos en junio, por lo que nos enfrentamos al parón que vive la ciudad en verano. Fue en un intento por aumentar las ventas que comenzamos a sumar los productos venezolanos. Con el boca a boca comenzó a crecer nuestra fama y, según se comenta, tenemos los mejores cachitos de jamón de toda la ciudad”, puntualiza Bello.
“Con el tiempo he comprendido que lo mejor de vender productos venezolanos es que nos visitan muchos venezolanos”, recalca el emprendedor, quien desmitifica el temor a emprender en España. “Todo es una cuestión de perspectiva. Tanto en España como en Venezuela había unas normativas e impuestos que había que cumplir. La diferencia está en que, en Venezuela, las personas se tomaban las normas a la ligera”, sentencia.
Bello, quien afirma que “en Madrid he logrado sentirme como en Caracas”, confía en que Montipan logrará dar nuevos pasos en breve. No sólo con un crecimiento del total de ventas o de clientes, sino también con “la apertura de nuevos locales o la creación de un obrador que nos permita la creación y distribución de productos venezolanos por el resto de Madrid y de España”.
El joven venezolano, que trabaja de lunes a lunes para impulsar su nuevo proyecto, está convencido de los resultados que traerá su esfuerzo personal. No en vano, cuenta con un gran potencial para convertirse en el emprendedor con “los mejores cachitos de jamón de toda Europa”.