EEUU acorrala a Repsol: salir de Venezuela o «sanciones devastadoras»

Repsol prevé aumentar su producción hasta los 750.000 barriles de petróleo al día en 2020.
Repsol

La Casa Blanca acorrala a Repsol.

La petrolera española tendrá que dejar de bombear petróleo en Venezuela inmediatamente o, de lo contrario, recibirá “sanciones devastadoras”.

El director para las Américas del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Mauricio Claver-Carona, afirmó que no tolerará ayudas empresariales al régimen chavista, siquiera de sus propias empresas.

«No ha habido excepciones para Chevron [la segunda mayor petrolera de EEUU, que ha tenido que dejar de operar en Venezuela], ni para ninguna empresa del mundo», sentenció.

«Les prometemos que nadie tiene excepciones para las sanciones que podamos imponer debido al transporte y los negocios con el régimen de Nicolás Maduro. Lo tenemos muy claro», explicó.

«Les hemos mostrado a esas tres empresas [Repsol, ENI y Reliance] lo que ha pasado con Rosneft Trading. Obviamente, sanciones para esas tres empresas serían devastadoras, y no es lo que quisiéramos que ocurra».

Es importante recordar que EEUU impuso sanciones sus primeras sanciones a Rosneft Trading en febrero de 2020 y, un mes después, extendió las sanciones a TNK, otra subsidiaria de Rosneft.

Para evitar verse perjudicada, la petrolera estatal china Sinochem anunció que dejaba de comprar crudo a Rosneft.

En solo unas semanas, Rosneft abandonó a sus ‘camaradas’ venezolanos. La empresa ya anunció la venta de sus operaciones en Venezuela a otra empresa estatal rusa, Roszarubzhneft, una entidad ‘fantasma’ de la que el Estado ruso controla el 100%.

Irán al ‘rescate’

Irán envió cinco petroleros a Venezuela para, presuntamente, dotar de gasolina y productos similares (valuados en al menos 45,5 millones de dólares) al régimen.

Los petroleros realizan su viaje después que el dictador Nicolás Maduro recurriera a Irán para conseguir los productos químicos necesarios para una envejecida refinería en medio de una escasez de gasolina, síntoma del caos económico y político más amplio que afecta al que solía ser el mayor productor de petróleo de América Latina.

Para Irán, los buques representan una forma de recolectar dinero para su teocracia chiita y de ejercer presión sobre Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump ha llevado a cabo campañas contra ambas naciones.

La estrategia de Irán invita a la posibilidad de una nueva confrontación entre la República Islámica y Estados Unidos.