“Nunca había ocurrido una negociación tan leonina para Venezuela”. Así de contundente es la opinión del economista venezolano José Guerra ante la venta de los bonos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) a Goldman Sachs por un valor 69 por ciento inferior al registrado en el mercado. Una de las operaciones menos beneficiosas que se han registrado en la historia de la nación y que ha levantado la polémica sobre la actual situación de la principal empresa pública de la nación caribeña.
Para el experto, el origen de la operación está en la desesperación y “el apuro que tiene el Gobierno por obtener liquidez inmediata a cualquier costo. Las reservas del Banco Central de Venezuela están en mínimos históricos”. Una decisión que repercutirá en la propia empresa petrolera. “El pago de estos bonos afecta las finanzas de PDVSA en la medida en que ahora hay que pagarle a Goldman Sachs. Antes, ese pago no se tenía que hacer por cuanto los bonos los poseía el Banco Central de Venezuela se consolidaba deuda dentro del mismo sector público”.
Aunque se han buscado alternativas para evitar el colapso económico de PDVSA, Guerra apunta que es una decisión sin retorno. “Ya no puede hacer nada porque la negociación se hizo y Goldman Sachs ya pagó por los bonos. Lo único que le queda a PDVSA es pagar”. Un desembolso que no se paralizará por las presiones externas desde sectores políticos, debido a que, como precisa el economista, “no ha habido sanciones contra Goldman Sachs, por los momentos. Ha habido críticas pero no sanciones”.
Las perspectivas a futuro no son favorables. Guerra apunta que “PDVSA es una empresa con graves problemas. No puede aumentar la producción de petróleo porque no invierte y no invierte porque está endeudada y debe pagar esa deuda”. Una situación que se agrava al conocer que “a corto plazo está imposibilitada de producir más petróleo, menos con la caída de los precios actualmente”.