Estas son las tarjetas revolving más usadas en España

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Los pagos con tarjetas o electrónicos son los más usados desde la pandemia

De acuerdo a un estudio de reclamador.es, las tarjetas revolving de WiZink, Carrefour Pass, Ikea Visa, Alcampo Oney y Cetelem son las más usadas en España durante el 2020.

Desde la plataforma llaman a ser cautos en esta Navidad, época de grandes compras e importantes desembolsos.

En muchas superficies comerciales, tanto en sus puertas como en stand situados en lugares clave, se ofrece a los consumidores la posibilidad de contratar una tarjeta que permite la devolución del crédito de forma aplazada.

Mediante estas tarjetas, conocidas como revolving, el cliente paga cuotas fijas mensuales y con cada cuota pagada el crédito del que dispone el titular de esta tarjeta se reconstituye.

«El mayor problema de estos productos financieros viene con los intereses. Las comisiones que se firmen, junto con esos intereses y los gastos que se pagan con esta tarjeta, se financian conjuntamente», ha subrayado reclamador.es.

De este modo, se acaba produciendo un incremento de la deuda si la cuota fijada para pagar por el consumidor mes a mes no llega a cubrir la totalidad de los intereses devengados, lo que conlleva que el titular de esa tarjeta revolving se vea en un bucle en el que la deuda no para de crecer.

Normalmente este tipo de tarjetas son comercializadas por marcas (empresas) que ponen su nombre a estos créditos, previo acuerdo con entidades financieras, y con las que ofrecen a sus clientes descuentos en compras en sus establecimientos.

No obstante, las entidades bancarias también comercializan directamente estas tarjetas revolving, en muchas ocasiones ofreciendo la posibilidad de elegir cómo se quiere utilizar la tarjeta, si en formato débito, crédito «común» o con pago mensual fijo.

Entre las más comunes, reclamador.es destaca las de WiZink. El banco online se hizo fuerte gracias a la comercialización de tarjetas revolving, con unos intereses que en muchos casos superaban el 27%.

De hecho, la sentencia de marzo de 2020 del Tribunal Supremo juzgaba precisamente un caso de un cliente de tarjeta revolving de esta entidad y consideró que los elevados intereses de su producto podían ser considerados como usura. Actualmente, WiZink comercializa sus tarjetas con una TAE que ronda el 22%.

Otra de las más comunes es la de Carrefour Pass. En este caso, los consumidores firmaban contratos por estas tarjetas con una TAE cercana al 22% de interés. Por su parte, Ikea Visa, que se nace de la unión entre CaixaBank e Ikea, comercializaba las tarjetas, hasta la sentencia del Alto Tribunal Supremo, con un interés de casi el 26%.

Cuando se conoció el dictamen del Alto Tribunal español redujo ese porcentaje hasta el 19,99%, pero sin devolver lo pagado de más a sus clientes.

La multinacional con sede en Suecia comercializa dos tarjetas revolving diferentes: Ikea Visa e Ikea Family. Con Banco Santander – Consumer Finance, el gigante sueco comercializa otra de sus tarjetas revolving, Ikea Family Mastercard. Este crédito al consumo se comercializa con una TAE superior al 26%.

La cuarta más usada es la de Alcampo, que se creó tras la asociación con Oney para comercializar tarjetas revolving con una TAE superior al 22%. Finalmente se encuentra la de Cetelem, que, bien comercializa sus tarjetas directamente a través de sus propios canales, o bien a través de otras marcas, como por ejemplo, la tarjeta Conforama o la tarjeta Paypal.

Las tarjetas revolving de Cetelem y las marcas a las que se asocia comercializan estos créditos al consumo con una TAE que se sitúa en torno al 24% de intereses.

reclamador.es ha señalado que todas estas tarjetas revolving pueden ser reclamadas, incluso en los casos en los que los intereses no superen el 20%. La compañía online de servicios legales explica que los contratos pueden incurrir también en falta de transparencia por no haberse explicado los riesgos que se asumen con ellos.

Según ha confirmado, muchos Juzgados se ha tomado esta vía para anular las tarjetas y que solo tengan que pagar el crédito sin interés o, incluso, conseguir que devuelvan dinero si ha acabado pagando más de lo concedido o gastado con la misma.

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