El bitcoin sigue su ascenso sin escalas y con un aumento del 9% ha alcanzado los 23.256 dólares, el máximo histórico de la divisa digital.
La criptomoneda se ha revalorizado un 16% entre miércoles y jueves, en lo que va del año la subida alcanza el 216%. La fuerte apuesta que han realizado los gestores de fondos por la criptomoneda ha sido uno de los impulsores del rally de las últimas semanas y de todo el ejercicio. «El bitcoin fue el tercer activo más popular en manos de fondos tradicionales, según la encuesta de gestores de fondos de Bank of America», afirma Adam Vettese, analista de la plataforma eToro.
Las políticas monetarias expansivas que están llevando a cabo los bancos centrales también tendrían mucho que ver en el rally de la moneda. «La impresión de dinero desenfrenada por parte de la Reserva Federal significa que la moneda digital debería eventualmente subir a alrededor de 400.000 dólares» dijo Scott Minerd, director de inversiones de Guggenheim Investments, para Bloomberg.
«El salto de aquí a los 400.000 se basa en la escasez y la valoración relativa, al igual que sucede con el oro. El bitcoin en realidad tiene muchos de los atributos del metal dorado y, al mismo tiempo, tiene un valor inusual en términos de transacciones», aseguró Minerd.
Raoul Pal, director ejecutivo de Global Macro Investor, vaticinó que ve al bitcoin 10 veces más alto en los próximos 12 meses, su objetivo para diciembre de 2021 es de 250.000 dólares. «El bitcoin se está comiendo el mundo» afirma el experto.
El pasado 1 de diciembre, el bitcoin se había acercado a los 20.000 dólares, al llegar a 19.914 dólares, pero perdió fuelle ese mismo día y cerró en 19.055 dólares. Posteriormente, la criptomoneda llegó a caer por debajo de los 18.000 dólares entre el 9 y el 11 de diciembre. Sin embargo, desde ese día la moneda no ha parado de revalorizarse.
Las oscilaciones que está viviendo el bitcoin en este final de año está polarizando aún más las opiniones de los inversores. Según recoge Bloomberg, los defensores de la divisa argumentan que la criptomoneda se está aprovechando del oro como un diversificador de cartera en medio de la debilidad del dólar y la posible presión inflacionaria.
Los detractores y más desconfiados respecto a la posición de la divisa, que sigue viviendo en una incertidumbre regulatoria, ven en sus movimientos un fervor especulativo que inevitablemente conducirá a un colapso similar al que vivió la moneda entre finales de 2017 y principios de 2018.
