Las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que con las tendencias actuales, hasta el 26% de la población en España tendrá 65 años o más dentro de 15 años.
Se trata de una cifra muy preocupante que evidencia el reto demográfico que tiene por delante el país y la presión que sufrirá el sistema de pensiones.
El sistema de pensiones español es de reparto, lo que significa que las prestaciones que perciben los jubilados se financian con las cotizaciones que pagan las personas que están trabajando en ese mismo momento. Es un sistema que se basa en la solidaridad intergeneracional y que garantiza que todos los ciudadanos del Estado español tengan derecho a su pensión por jubilación, independientemente de la región en la que vivan. Los trabajadores financian las pensiones y confían en que las futuras generaciones financien las suyas.
En España, este sistema se aplica desde los años 70 y ha funcionado relativamente bien hasta ahora. El problema es que se basa en la pirámide de población de un país y necesita una base amplia de trabajadores que lo financien. Las proyecciones del INE indican que la pirámide va a cambiar. La base de trabajadores va a ser mucho más pequeña en el futuro y, en cambio, aumentará considerablemente el número de pensionistas a los que habrá que sostener.
La población de 65 años o más suponía el 10,2% del total en el año 1975. Hoy es ya prácticamente el doble y en 2035 llegará al 26,5%
Las cifras evidencian el problema. La población de 65 años o más suponía el 10,2% del total en el año 1975, el primero de los registros del INE. Hoy en día supone el 19,6% de la población, prácticamente el doble, y en 2035 llegará al 26,5%. Eso significa que dentro de 15 años uno de cada cuatro españoles tendrá 65 años o más y será pensionista.
Otro dato revelador: la población centenaria, es decir, los ciudadanos con 100 años o más, se multiplicará por tres en estos 15 años y pasará de las 12.551 personas en la actualidad a 41.836 personas en 2035.
Uno de los indicadores que mejor representa el problema del sistema de pensiones es la tasa de dependencia, que relaciona el número de jubilados con la población en edad de trabajar, que es la que financia las pensiones. Esta tasa apenas superaba el 10% en 1975. En 2020 se ha situado en el 30,2% y en 2035 será del 43,2%. En 2050 tocará un máximo de 56,9%, y supondrá que habrá dos personas trabajando en España por cada pensionista.
Esperanza de vida y tasa de natalidad
El aumento de la esperanza de vida y la baja tasa de natalidad explican este fenómeno. Que los ciudadanos vivan más tiempo es sin duda una señal de progreso para cualquier sociedad, pero puede convertirse en una situación difícil de gestionar si se combina con una tasa de natalidad que lleva años en descenso.
Aunque la actual crisis de la COVID-19 va a suponer una disminución coyuntural de la esperanza de vida en 2020, el descenso se recuperará en 2021. Y posteriormente seguirá creciendo. En 2035, la esperanza de vida superará los 83 años en el caso de los hombres (tres años más que en 2020) y se acercará a los 88 años en el caso de las mujeres (dos años más que en 2020).
En cambio, el número de nacimientos seguirá cayendo hasta 2027, continuando con la tendencia iniciada en 2009. No obstante, a partir de 2028 los nacimientos comenzarán a aumentar debido a la llegada de generaciones más numerosas a las edades de mayor fecundidad. En concreto, las nacidas a partir de la segunda mitad de los años 90. Así, el número medio de hijos por mujer será de 1,31 en 2034, frente al 1,23 actual.
Aun así, los nacimientos siempre estarán por debajo de las defunciones. De hecho, el INE estima que en España habrá más defunciones que nacimientos durante los 15 próximos años, es decir un saldo vegetativo negativo. Este saldo vegetativo alcanzará el valor más bajo en torno a 2060, y se prevé que se irá recuperando levemente a partir de entonces.
Complementar la pensión pública
Aunque las pensiones en España son comparativamente generosas, las reformas paramétricas de los últimos años han tendido a contener el gasto moderando las prestaciones para asegurar la viabilidad del sistema.
El gasto en pensiones alcanza la cifra récord de 9.955 millones