Germán Antelo Coroas nació en Montevideo hace 25 años. Cuando tenía 10 llegó a España con su familia. “La situación en Uruguay no era la mejor en ese momento y mis padres decidieron trasladarse a Barcelona para darles un futuro mejor a sus hijos”, cuenta en una entrevista a IberoEconomía.
Desde pequeño tuvo claro que quería ser médico. “Una buena amiga de mi abuela era hematóloga y la veía como una diosa, fue un poco el espejo en el que mirarme”, dice el joven, quien acabó estudiando el grado de Medicina en la Universidad de Barcelona.
El pasado 28 de enero se presentó al examen MIR 2017 para optar a una de las 6.328 plazas convocadas por el Ministerio de Sanidad. Logró situarse entre los 100 primeros. En concreto, en el puesto 86, lo que le ha valido convertirse en el latinoamericano con la mejor puntuación de la prueba de acceso a la formación sanitaria especializada.
Aunque él no computaba dentro del cupo de plazas para extracomunitarios (fijado en el cuatro por ciento), el joven ha logrado destacar para ser uno de los futuros residentes de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Con la obtención de la nacionalidad española ha logrado acceder al cupo general, aunque admite que el porcentaje para los MIR extracomunitarios no es del todo justo.
“Estamos jugando con la salud. Prefiero que me trate una persona con mejores conocimientos que otros que, quizá, no son tan buenos pero tienen una situación favorable de residencia, por ejemplo”, explica. Aún así, asegura estar “encantado” con el examen MIR español. “Comparado con el de otros países, es el más justo. Todos hacemos el mismo examen”, comenta el joven.
Germán cuenta que, en Uruguay, el sistema es bastante diferente. “Para empezar, la carrera son siete años y no seis, como en España. Y luego hay que hacer un examen por especialidad. Es decir, si quieres ser cardiólogo, haces un examen de Cardiología”, dice este futuro cirujano plástico. Además, aclara que, además, de todos los que se presentan a ese examen, sólo una parte muy pequeña entran a lo que sería el sistema MIR con una retribución económica. “La mayoría tiene que volver a presentare o hacerlo sin cobrar absolutamente nada”, explica.
Preparación del examen MIR
Cuando Germán empezó a estudiar Medicina en la Universidad de Barcelona veía muy lejos ese tan “temido” examen MIR. No fue hasta su quinto año de carrera cuando eligió la academia que le prepararía para la prueba (Grupo CTO). El momento estaba cada vez más cerca y ya desde el inicio del sexto curso empezó a prepararse. “Iba a la academia una vez por semana. Teníamos clases de las distintas especialidades de medicina y cada 15 días hacíamos simulacros”, cuenta. Unos simulacros que se repetían, cada vez con más frecuencia, conforme se acercaba la fecha del examen. La preparación del MIR obligaba a Germán a estudiar, como mínimo, ocho horas al día con los sacrificios que eso conlleva. “Sobre todo al final, la vida social se va reduciendo bastante, pero merece la pena”, cuenta.
Cirugía plástica en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona
Germán ha elegido especializarse en Cirugía Plástica en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. “En quinto de carrera empecé a tener contacto con la especialidad y vi que realmente no es la cirugía estética que el resto de personas conocen”, asegura. Para Germán es una especialidad muy completa y gratificante. Al joven uruguayo también le apetecía quedarse en su ciudad, cerca de su familia, pareja y amigos. Por eso se decantó por el Hospital Vall d’Hebron que, además, es un centro especializado en quemados.
Este montevideano de nacimiento aún tiene por delante cinco años de residencia, pero tiene claro que su futuro profesional no le llevará a Uruguay. “Es un país muy bonito, pero no en el que me veo trabajando en un futuro”, termina.