Los miembros de la Unión Europea (UE) discuten el primer presupuesto luego del Brexit, que comprende el periodo 2021-2027 y que de momento, divide a los países entre los partidarios de recortar fondos y los que reclaman más ambición
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) siguen negociando para acercar posturas sobre el presupuesto comunitario para los próximos siete años, el primero sin el Reino Unido, que divide a los países entre los partidarios de recortar fondos y los que reclaman más ambición. Los líderes comunitarios celebran en Bruselas la primera jornada de una cumbre extraordinaria dedicada al marco financiero plurianual que se prolongará hasta el viernes y que, tras varias horas de reunión, no ofrece garantías de un acuerdo.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mantendrá reuniones bilaterales con los jefes de Estado y Gobierno de los diferentes países durante la noche y la reunión a Veintisiete se retomará hoy a las 10.00 horas.
La negociación del presupuesto plurianual es tradicionalmente una de las más enconadas en la UE, pero en esta ocasión se añade la dificultad de la salida del Reino Unido, un contribuyente neto -aportaba más de lo que recibía- que deja un agujero de hasta 75.000 millones de euros para el septenio.
El montante en disputa, aunque alto en términos absolutos, es mínimo si se compara con la riqueza de los países en liza, e inferior al presupuesto actual (2014-2020). La propuesta que sirve de base para la negociación, elaborada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, plantea una dotación de 1,09 billones de euros, el equivalente al 1,074 % de la Renta Nacional Bruta (RNB) conjunta de los Veintisiete, cuando el presupuesto nacional de un país de la UE equivale de media al 46 % de su riqueza.
La disputa central
La disputa gira en torno a rebajarlo al 1 %, como piden los más austeros, o elevarlo hasta el 1,11 % -el montante que propuso la Comisión Europea-, al que se agarran los defensores de las políticas agraria y de cohesión. La diferencia entre un extremo y otro son unos 112.000 millones de euros.
Los líderes llegaron a la cumbre enrocados en las posturas que han esgrimido los últimos días, ninguno satisfecho con el plan de Michel.
Holanda, Dinamarca, Suecia y Austria han formado un bloque para la negociación con dos demandas: reducir el presupuesto al 1 % de la renta conjunta y mantener los reembolsos que reciben en su contribución por aportar más de lo que reciben. La propuesta de Michel plantea eliminar estas devoluciones de forma progresiva.
Otros dieciséis países, sobre todo del sur y del este, incluida España, rechazan los recortes previstos en los fondos de cohesión -destinados a que las regiones más pobres se acerquen al nivel de las ricas- y en las ayudas a la agricultura. A su llegada a la cumbre, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, consideró el plan de Michel “altamente decepcionante” porque “reduce de manera bastante importante políticas fundamentales para España”, en referencia al recorte del 14 % en agricultura y del 12,1 % en cohesión.
El presidente francés, Emmanuel Macron, defendió una política agraria “ambiciosa” y dar más músculo al nuevo Fondo de Defensa europeo, al tiempo que rechazó de plano las devoluciones. “Hay que ser coherentes. No podemos decir en un momento dado que queremos más ambición y el día en el que se deben poner los medios decir que no estamos ahí”, afirmó.
Alemania, el mayor contribuyente al presupuesto, está más cerca de quienes reclaman unas cuentas del 1 %. La canciller, Angela Merkel, criticó que la propuesta de Michel exige demasiado de estos países, pero aseguró que su país será “activo” para encontrar un acuerdo. El encargado de fraguarlo es el presidente del Consejo Europeo, que ha optado por mantener solo un breve encuentro a Veintisiete y después ha iniciado una ronda de reuniones bilaterales con los líderes de cada país.
Ya antes del inicio de la cumbre, Michel había mantenido un encuentro conjunto con Merkel y Macron, así como con los líderes de Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca. La primera ronda de contactos bilaterales ha permitido “entrar en harina”, con la idea de alcanzar compromisos y “adaptar” la propuesta de Michel, aunque de momento “todas las opciones están abiertas”, apuntan fuentes europeas.
Las reuniones bilaterales podrían prolongarse durante toda la noche y contribuir a la elaboración de una nueva propuesta negociadora, si bien por el momento no han generado avances, según fuentes diplomáticas. Aunque las posibilidades de alcanzar un acuerdo son muy bajas, la cumbre continuará al menos el viernes, dando a los líderes comunitarios la oportunidad de vender a nivel interno la férrea defensa de sus intereses nacionales en Bruselas.
El presupuesto 2021-2027 estará marcado por el Brexit, que deja un agujero de unos 75.000 millones de euros para los siete años, y por la necesidad de financiar nuevas prioridades como la lucha contra el cambio climático, la digitalización o la gestión de la seguridad y la inmigración.
El resultado de las negociaciones definirá la ambición futura de una UE menguada en un entorno global crecientemente hostil, insisten la Comisión y el Parlamento europeos. Y, sin embargo, las cuentas que saldrán de la negociación serán, salvo sorpresa, inferiores a las de 2014-2020.
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