Un subteniente del Ejército del Aire fue condenado por los delitos de trato denigrante, inhumano o humillante tras masturbarse delante de su subordinada.
Los hechos ocurrieron en la Escuela Paracaidista de Alcantarilla, en Murcia. Un subteniente del Ejército del Aire acusado de masturbarse durante dos años delante de su subordinada, a la que acosó sexualmente y denigró durante todo ese tiempo, fue condenado por la Justicia Militar.
Los hechos han causado graves secuelas a la soldado, que además fue expulsada del Ejército en el momento en el que hizo la denuncia. Más tarde, sin embargo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ordenó dejar sin efecto la suspensión de esta militar hasta que hubiera una resolución judicial.
De acuerdo con el diario El Mundo, la sentencia del Tribunal Militar Territorial Primero condena al subteniente a seis años y medio de prisión por los delitos de trato denigrante, inhumano o humillante en concurso ideal con un delito de lesiones psíquicas, por acoso sexual y otro de abuso sexual.
Además, el tribunal consideró que el condenado debe indemnizar a la soldado con 106.000 euros por los 720 días de baja médica que ha sufrido, más las secuelas de estrés postraumático y el perjuicio personal y moral ocasionado por las secuelas. Además, los jueces han declarado que como los delitos se cometieron en el lugar de trabajo, se declara al Estado como responsable civil subsidiario, por lo que si el subteniente no paga la indemnización, lo harán las arcas públicas.
La sentencia considera probado que el subteniente -identificado con las siglas F.C.A.- se masturbó repetidamente delante de la soldado, tanto en el lugar de trabajo como en un viaje de trabajo que hicieron juntos a Cartagena (en la ida y en la vuelta), y que estuvo durante dos años acosándola para intentar mantener relaciones sexuales con ella.
Según refleja el sumario de la causa, el subteniente le decía habitualmente frases como «mira cómo me pones» o, mientras se sacaba el pene en el despacho: «Te gustaría comértela. Me gustaría correrme en tu boca».
Una fotografía como prueba
Cada vez que se quedaban solos, F.C.A. sacaba su miembro y empezaba a insinuarse. Ella le pedía siempre que la dejara en paz y denunció múltiples veces la situación a sus superiores, pero no tomaron en serio sus planteos hasta que ella se atrevió y le hizo una foto explícita que demostraba la situación.
La fotografía fue utilizada como prueba durante el juicio celebrado los días 21, 22 y 23 de mayo. Sin embargo, las principales pruebas son, por una parte, el relato coherente y verosímil de la víctima, que detalla numerosos pasajes en los que su jefe la vejó, pero también los múltiples informes y testimonios de psicólogos y trabajadores sociales que la han tratado durante este tiempo, ya que la denuncia se interpuso en 2016.
El abogado de la víctima, Antonio Suárez-Valdés, dijo a El Mundo que valora «muy positivamente la sentencia. Los jueces militares han cumplido con su trabajo, pero ahora Defensa debe enmendar el error de haber expulsado a la víctima por la patología psicológica sufrida, declarando que su depresión no tenía relación con dicho acoso, cuando los jueces corroboran que sí fue así».
El duro ‘reclutamiento’ de psicólogos en el Ejército español