La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se ha mostrado a favor del futuro financiero del país latinoamericano.
El director de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Álvaro Santos Pereira, afirmó que los ajustes en política económica que está implementando el Gobierno argentino permitirán que el país crezca un 0,7 por ciento por los «próximos diez años».
«A lo largo de los próximos diez años, estas reformas ya implementadas pueden aumentar el crecimiento en un 0,7 por ciento anual, lo cual no es poco», indicó el titular de la OCDE al presentar el Segundo Estudio Económico desde Buenos Aires, expresó el Ministerio de Hacienda en un comunicado.
La OCDE valora de forma positiva el camino económico escogido por el Gobierno del presidente, Mauricio Macri, ya que «tras años de políticas económicas insostenibles, se emprendieron ambiciosas reformas».
«El progreso logrado recientemente por Argentina es indudable y es una verdadera brecha con el pasado», señaló Santos Pereira.
Durante la crisis que atravesó el país sudamericano a raíz de una depreciación del peso argentino del 88,4 por ciento entre abril y septiembre, «se han adoptado respuestas políticas rápidas y decisivas que pueden sentar las bases para el retorno de la estabilidad macroeconómica, por más que tengan inevitablemente un efecto contractivo a corto plazo», afirmó el director de la OCDE.
Asimismo, el informe de la Organización consideró que «fortalecer la competencia reduciendo barreras de entrada a los mercados y reduciendo barreras al comercio internacional tiene un potencial particularmente prometedor».
Al «reducir esas barreras puede aumentar el poder de compra de los hogares, reducir los costos de los insumos para las empresas y empujar a las empresas en sectores protegidos de aumentar su productividad», destaca el estudio.
Haces unos meses, el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmó un acuerdo con Argentina por valor de 56.300 millones de dólares para intentar frenar la corrida cambiaria del año pasado.
A cambio, el Ejecutivo se vio obligado a realizar un ajuste en la política económica, monetaria y fiscal que este año llevará a equilibrar el déficit fiscal primario (que no cuenta los intereses de deuda).
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