La artista venezolana ha llevado el espíritu de la energía celular a los nuevos formatos del arte moderno, una creación única que ha viajado por el mundo como fuente de inspiración empresarial.
El arte desconoce de moldes. Rompe las fronteras, salta muros e impregna aquellos espacios que no se creyeron posibles. Esa presencia universal está presente en el arte de Vanessa Iacono. No en vano su creación radica en el universo mitocondrial. Sí, mitocondrial. Es decir, la fuente de energía celular que, mientras para la Ciencia es fuente primaria de vida, para esta artista caraqueña es el equivalente a la pasión innata que toda persona tiene grabada en su ADN. «Me gusta que mi arte ayude a despertar la curiosidad del emprendedor, que sirva para aprender y le motive a buscar lo que hasta ahora parecía imposible«, explica en las instalaciones de MassArt a IberoEconomía.
En esta línea de trabajo está enfocado su nuevo proyecto: ‘Search’. «La presentaremos por primera vez en Madrid durante el mes de diciembre. Se trata de una charla que abordará la innovación y sus términos más búsquedas orgánicas en internet. Al mismo tiempo, iré pintando en 3D todos los conceptos que surjan a lo largo del evento». La creación de obras de arte en tercera dimensión son una forma de involucrar aún más al espectador de la obra, dándole acceso al interior de la pieza y empleando la última tecnología con fines creativos.
Para Iacono no resulta complejo el dibujar en tercera dimensión. Por el contrario, forma parte de la pasión de ser una ‘artista multitécnica’. «Soy una apasionada del reto de pintar sobre cualquier tipo de superficie. Siempre suelo decir que, si algún día me dicen que tengo que pintar sobre el mar, pues buscaría la técnica para hacerlo». Esa capacidad de adoptar nuevos desafíos le ha permitido que su obra no sólo se conozca en su Venezuela natal, sino que también fuera su llave de entrada a los proyectos artísticos de instituciones bancarias dentro de Estados Unidos o que, ahora, esté por revolucionar el mundo emprendedor de Madrid.
Otro aspecto que ha jugado a favor de su proceso creativo es la combinación de los conocimientos que adquirió durante su proceso de formación en Psicología, así como la experiencia de trabajar en agencias de marketing. Dos mundos donde el pensamiento, mensaje y creatividad tienen un papel tan protagonista como en cada una de sus obras, ya sean dibujadas sobre un lienzo, un balón o en el aire.
¿Vivir o sobrevivir del arte?
Iacono reconoce que, desde el punto de vista económico, el mundo del arte genera incertidumbre. «Cuando se trabaja en este sector se asume que no existe una certeza sobre pagos o periodicidad. En mi caso, he apostado por diversificar mi trabajo para distintos nichos de mercado: algunos que me reportan ingresos más seguros por estar enfocados desde una perspectiva más comercial y otros que, por el contrario, son más relacionados con la inspiración y la vena creativa que aparece sin que se pueda controlar».
La joven artista venezolana es optimista con respecto al futuro del arte moderno. «Cada vez son más los sectores que se dan cuenta de la importancia de las nuevas tecnologías, pero no sólo para crear un bien o servicio, sino también para comunicar y llegar hasta donde antes no era posible». A pesar de que considera que la banca es la que «se ha visto más obligada a darse cuenta de esta realidad», también existe un importante potencial en el sector de la educación, sanidad, emprendimiento y del propio mundo del arte.
«Quizás, en unos cinco años, la tecnología habrá avanzando a unos niveles tan altos que permitirá al arte trabajar en el mundo de la realidad aumentada. En este sentido se crearán obras que, en lugar de aislar al espectador, lo que buscan es integrarse en su realidad cotidiana y ser una pieza más de todo su entorno», adelanta Iacono. Convencida de esto, la artista ya ha comenzado a comercializar junto a sus piezas físicas un respaldo virtual que permite contar con una lectura más completa de cada una de sus creaciones.
Aunque para algunos parezca ciencia ficción, la venezolana asegura que «aún queda mucho que avanzar en materia de globalización. Aunque estamos conectados, no podemos estar en dos lugares a la vez y nos perdemos de datos o de oportunidades a causa de las distancias físicas. Por esto, creo que el futuro estará en aquellas soluciones que nos permitan estar en dos lugares al mismo tiempo, así sea de la mano de un avatar«.
Una evolución tecnológica que no resulta imposible si se cuenta con el apoyo de las mitocondrias, esa fuente de energía de la que ha nacido el mundo y el propio arte de Vanessa Iacono.