El nuevo proyecto gastronómico, ubicado en el céntrico barrio de Chueca, ofrece una combinación de sabores latinoamericanos, asiáticos y norteamericanos.
Ignacio Mondragón vivió un máster intensivo de gastronomía y emprendimiento durante los cuatro años que estuvo frente al Goiko Grill de calle Princesa (Madrid). Una experiencia que «me enseñó todo lo que sé», pero que también ha combinado con su formación en Administración de Empresas por la Universidad Metropolitana de Caracas y el MBA que ha cursado en el IE Business School en Madrid.
Tras enfrentarse a las dificultades del mercado laboral español, que le llevó a trabajar de comercial de puerta a puerta para Cruz Roja o una agencia inmobiliaria, Mondragón comenzó a trabajar como camarero y ayudante de cocina en Goiko Grill. «Lo recuerdo como si fuera ayer. Mi primer día de trabajo fue un 19 de diciembre y, para abril, ya me encontraba liderando la apertura del nuevo local en la calle Princesa«, afirma a IberoEconomía. No obstante, ante el anuncio de la venta de la cadena, este emprendedor venezolano decidió regresar el establecimiento a la central (en una operación valorada en seis cifras) y centrarse en un proyecto que ya venía rondando en su cabeza: Embalados.
Con una inversión inicial de 178.000 euros, Mondragón comenzó su sueño gastronómico. «Era una propuesta culinaria que venía trabajando paralelamente a Goiko Grill. Quería proponer al mercado gastronómico un modelo de comida rápida que, sin embargo, destaque por su elaborada preparación y la calidad de sus productos», explica. Para lograr una carta a la medida de sus peticiones y que, al mismo tiempo fusionase sabores latinoamericanos, asiáticos y norteamericanos, ha contado con el respaldo de Guillermo Rapa, chef ejecutivo de Chacao Bistro.
Contrario a lo que se podría pensar, el emprendedor caraqueño afirma que «a las ayudas estatales no es difícil acceder. A veces frena más el miedo y los trámites que realmente el cumplir con aquellas exigencias para lograr el crédito». En su caso, afirma que ha contado con cuatro préstamos por parte de Aval Madrid. Un proceso de preparación previo al que también se sumó la búsqueda del local, las obras para su adaptación y otros detalles que le llevaron a trabajar un año entero en el proyecto antes de abrir las puertas al público.
Un mes intenso
Desde su apertura, el pasado 27 de agosto, Embalados ha contado con una afluencia superior a las 500 personas, por lo que su fundador ha reconocido que «a pesar de que aún no logramos dejar de tener pérdidas, las perspectivas son bastantes optimistas«. No en vano, prevén que en menos de un año ya lograrán la rentabilidad completa del proyecto gastronómico. Sin embargo, no es el único objetivo, ya que Mondragón prevé que en el primer aniversario de Embalados se cuente con «una sólida rentabilidad, unos márgenes entre el 8 y el 10 por ciento y una mayor volumen que permita apretar un poco más a los proveedores».
Aunque afirma que «eventualmente nos gustaría contar con más establecimientos en España«, niega la opción de convertirse en una franquicia. Una meta que le permitirá aumentar la actual plantilla de cuatro personas, así como llegar a un público más amplio. «Actualmente tenemos personas de todo el mundo, pero en su mayoría percibimos un gran número de venezolanos. Por esto queremos seguir creciendo y captando a tanto españoles como extranjeros».
Con la experiencia adjudicada en uno de los establecimientos más exitosos de España, Embalados tiene todas las cartas para convertirse en el nuevo hito de la gastronomía madrileña. No en vano, sus productos cuentan con una calidad e innovación que harán a los comensales ‘chuparse los dedos’.