El incremento de un 10 por ciento en la población de América Latina se ha convertido en un reto para los servicios del transporte público.

En la última década la mayoría de ciudades iberoamericanas han experimentado un crecimiento de población próximo al 10 por ciento. Este hecho ha tenido una gran repercusión en la red de transportes y los diferentes flujos de población que los utilizan.

La necesidad de incrementar el uso del transporte público es imprescindible para evitar tanto el colapso de las ciudades a horas punta que el tráfico automovilístico produce como los niveles de polución que se han registrado en los últimos años (no en vano, el número de automóviles se ha visto incrementado en un 40 por ciento). Por ello, ofrecer unas alternativas de calidad y comodidad para los usuarios es clave para fomentar su uso.

De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina, el promedio de tiempo que los ciudadanos de las urbes iberoamericanas dedican al trayecto entre sus hogares y el trabajo es de 40 minutos. En este sentido, Buenos Aires destaca debido a que esta media se reduce a 30 minutos en la capital del país austral.

Bogotá es la ciudad donde existe el mayor nivel de insatisfacción con el servicio de transporte público, con un 36 por ciento de la población en desacuerdo. Muy cerca se queda la Ciudad de Panamá, donde la tasa llega hasta el 34 por ciento de los habitantes de la capital. Para Lima, la tasa de insatisfacción es del 29 por ciento, dos puntos porcentuales por encima de Montevideo; y tres más que Sao Paulo.

También cuentan con un elevado índice de insatisfacción las ciudades de La Paz (25 por ciento), Caracas (24 por ciento), Quito (14 por ciento), Ciudad de México (13 por ciento). Sin olvidar a Buenos Aires (11 por ciento) y a Fortaleza (9 por ciento).