El comercio ha sufrido una transformación fundamental en este nuevo siglo, gracias a los avances de las comunicaciones, a la evolución de las plataformas tecnológicas y a los sistemas de pago, la distancia ha dejado de ser una limitante a la hora de comprar o vender cualquier producto, tanto el sector privado como el público se han adaptado rápidamente a esta realidad y han seguido el paso de esta nueva realidad.
En España las PYMES representan un 99 por ciento del tejido empresarial y para este inmenso y determinante sector de la economía española el uso de las tecnologías resulta mas que necesario para poder realizar sus fines comerciales, para lo cual resulta imperante el tratamiento de bases de datos para tener contacto directo con sus clientes, ofrecer productos y servicios, y materializar operaciones.
Un 63 por ciento de las PYMES en España conocen el contenido Reglamento General de Protección de Datos que entro en aplicación el pasado 25 de mayo en la Unión Europea, realizando tratamiento de datos según la norma, con esto podemos determinar que es común entre todas el tratamiento de ficheros de clientes, proveedores y personal fundamentalmente, con lo cual se denota que las operaciones comerciales y operativas de este vasto sector se apuntan fundamentalmente al uso de las nuevas tecnologías para su realizacion.
El hecho de que las operaciones comerciales se realicen a distancia en una gran medida demuestra que la confianza, que es el elemento básico de este modelo económico, se ve reforzada por la legislación existente y quienes realizan actividades económicas se ven motivados al acatamiento del orden jurídico, estudios demuestran que al menos 6 de cada 10 empresas en España conocen y aplican el contenido de la normativa europea al pie de la letra.
Este interés por el tejido empresarial de actuar acorde a la norma se ve demostrado en el que un 85 por ciento de las empresas que conocen la norma están dispuestas a contratar un servicio de asesoramiento en materia de Protección de datos, lo que comprueba que están conscientes de que la tecnología es un aliado necesario para materializar las actividades que se emprenden y que para ello lo deben hacer bien.
Vemos claramente que la seguridad, la responsabilidad y el profesionalismo componen la confianza que demanda el cliente a la hora de dar ese sí que se emite al aceptar una transacción a distancia, donde se suministran sus datos a un tercero que seguramente nunca vera face to face, pero con quien está dispuesto a realizar operaciones que implican facilitar el gran tesoro de este siglo, que son los datos personales, eso se llama confianza.
Marco Antonio Núñez Corao, consultor en Protección de Datos