La líder del equipo de pastelería del Alàbriga Hotel and Home Suite 5GL forma parte de la lista Forbes de jóvenes más influyentes de Europa.
Instintiva, ingenua y terca. Así se describe la reconocida mundialmente chef venezolana Andrea Dopico. Aunque no le gusta presumir, su currículum lo hace por ella. No sólo por ser la actual líder del equipo de pastelería del Alàbriga Hotel and Home Suite 5GL en Barcelona, sino también por estar en la lista Forbes de jóvenes más influyentes de Europa, haber sido una pieza fundamental de varios restaurantes con estrella Michelin y, aún así, tener la modestia de impresionar a sus amigos y familias con su plato más querido: galletas con chipas de chocolate. Sí, las mismas que hacía de niña.
Con la publicación del libro ‘ELEMENTS‘, aumentó su participación docente en varias masterclasses de pastelería para la convocatoria 2018-2019. No obstante, sus sueños no tienen límites, por lo que no cierra las puertas a la opción de inaugurar su propio restaurante o pastelería. En cualquier caso, la dulzura está garantizada. No sólo en sus creaciones, sino en el espíritu de la venezolana, quien asegura que su única meta segura a futuro es: “Continuar haciendo lo que amo”.
¿Cuándo descubres tu talento por la cocina?
Siempre he tenido un interés y predisposición a la pastelería, por lo que disfrutaba haciendo recetas y atribuía a ese placer el hecho de que los postres me salieran bien. No es hasta comenzar mis estudios en Canadá, a los cuales dediqué toda mi energía y esfuerzo, que los Chefs instructores reforzaron mi confianza asegurándome que tenía futuro en esta industria.
¿Por qué decides estudiar publicidad en España a sabiendas de tu habilidad en los fogones?
En ese momento aún no había “descubierto” mi habilidad en los fogones, creo que a veces nos toma un par de años, madurez, ensayo y error, darnos cuenta que es lo que realmente queremos hacer en nuestra vida. Pero toda experiencia suma conocimiento, así que no me arrepiento del camino que me trajo hasta aquí.
¿Qué papel jugo tu instinto en la búsqueda de tus sueños profesionales?
Instinto, ingenuidad, terquedad, he aprendido que cuando queremos algo somos capaces de trasformar los obstáculos en retos, y no solo superarlos sino además disfrutar en el intento. Mis sueños profesionales continúan, así como la confianza que le tengo a mi instinto, pero tengo que agradecer a las personas que confiaron en mí y me dieron la oportunidad de demostrar las ganas que tengo de crecer porque sin esa pieza el puzzle no hubiese encajado.
Te formas en el programa Baking & Pastry Arts del Pacific Institute of Culinary Arts en Vancouver, ¿Cuál consideras que ha sido el principal aprendizaje que adoptaste en esta etapa?
El curso de mis estudios en PICA fue una etapa, competitiva en el mejor sentido de la palabra porque iba a clases cada día consciente de superarme. Era un reto divertido comparar como cada día mis habilidades iban mejorando poco a poco, y es algo que me quedó marcado. Ahora, cada vez que hago una receta nueva, o pongo en práctica otro procedimiento me aseguro de contabilizar el progreso (en tiempo, eficacia, aspecto…) y es uno de mis grandes secretos para seguir avanzando.
¿Qué representa para ti haber trabajado con el chef Carlos García en el Restaurante Alto en Caracas?
Todo. Es la persona que más a influenciado mi carrera, y agradeceré siempre que siga siendo parte de mi camino en esta industria, porque más allá de ser un increíble cocinero, fue quien marcó mi compás moral de los valores que quiero practicar y compartir a través de mi trabajo.
¿Qué esperabas de España cuando decides volver al país europeo?
Tenía muchas expectativas, pero bastante generales. Hay una cita que me encanta y con respeto voy a parafrasear: “mantén un compromiso con tus decisiones, pero se flexible en un acercamiento”.
Yo venía con la intención de abrir mi camino en el mundo de la alta gastronomía y no sabía exactamente cómo iba a llegar allí, pero me emocionaba descubrir que posibilidades surgirían en el proceso.
¿Qué papel estaba jugando Madrid en la gastronomía internacional y cuál es su situación actual?
España en general es un semillero de estrellas porque suman buen producto y libertad creativa, creo que no hay mejor lugar para trabajar en esta industria que aquí mismo.
¿Cuáles son los principales retos que se asumen al comenzar a trabajar en un restaurante con estrellas Michelin?
La máxima perfección, el cuidado de cada detalle, la responsabilidad de que cada comensal, cada servicio de cada día, se vaya contento. “Eres tan bueno/a como tu último plato”, no recuerdo donde escuche esta frase, pero no hay nada más correcto.
¿Qué está significando Barcelona en tu proceso de crecimiento profesional?
Barcelona es la ciudad que me ha dado el mayor crecimiento profesional y personal. Siempre tendrá un lugar en mi corazón porque es donde he conseguido trabajar/disfrutar algunos de los retos y victorias más sabrosas de mi carrera.
¿Qué plato te gusta preparar cuando quieres impresionar a alguien?
Galletas de chispas de chocolate, el postre que le hacia a mi familia y amigos desde que soy una niña.
Si tuvieras que comparar tu trayectoria con un plato, ¿cuál sería y por qué?
‘Raíces’ el plato que presenté en las semi-finales de la C3 en Paris. Estaba inspirado en mis raíces en Venezuela, en los sabores con los que crecí, pero aplicando técnicas que he aprendido aquí en España. Es un reflejo de evolución sin olvidar mis “raíces”.
¿Qué supuso para tu carrera estar en la categoría Artes de la lista de Forbes ‘Los 30 jóvenes con menos de 30 años en Europa’?
Fue una sorpresa totalmente, pero lo más lindo fue el recibimiento que tuvo la noticia. Jóvenes de todo el mundo se vieron reflejados en mi triunfo, cosa que aprecio más que nada, porque es el testimonio de que tu esfuerzo puede abrir puertas inimaginables. La lista Forbes es un abre boca del gran talento, ingenio y perseverancia que demuestran tantos jóvenes de esta generación.
Es evidente que tus raíces venezolanas están presentes en tus creaciones, pero ¿y las italianas?
Yo soy un popurrí de raíces, mis abuelos son de España e Italia, pero mis padres nacieron en Venezuela. Así que crecí con la cultura de estos tres países presente. Creo que un aspecto remarcable de la cocina italiana es la utilización del mejor producto posible, y la simplicidad a la hora de componer un plato.
La belleza esta en la técnica, y son tan buenos que no hay necesidad de recargar un plato con adornos para que este bueno. Por ejemplo, ¿hay algo más bueno que la pizza margherita?
¿En qué proyectos estás trabajando actualmente y qué novedades puedes contar sobre ellos?
Este año he asumido el liderazgo del equipo de pastelería del Alàbriga Hotel and Home Suite 5GL, de la mano de Paco Pérez. En solo unos meses, compartiendo cocina con el gran equipo que Paco ha reunido, he crecido no solo profesionalmente sino como persona.
Adicionalmente auto-publique el libro ‘ELEMENTS’, que ha sido una aventura creativa, y abrió la posibilidad de dar aun más masterclasses de pastelería este 2018-2019. Y sigo, siempre tramando algo nuevo, pero tendrán que esperar un poco para descubrirlo.
¿Te gustaría poder abrir tu propia pastelería o restaurante?
¡No descarto nada! Lo lindo de esta carrera es que tiene mil salidas profesionales.
¿Cuáles son tus planes a futuro?
Continuar haciendo lo que amo.
¿Cuál es, para ti, la receta del éxito?
Disciplina, Dedicación, y Disfrute.