Un estudio revela que los cirujanos asistentes, la enfermera circulante y los MIR son los protagonistas más habituales en los conflictos.
Los equipos sanitarios de los quirófanos formados por hombres son el doble de propensos al conflicto que los compuestos por mayoría de mujeres, según ha puesto de manifiesto un estudio coordinado por el primatólogo Frans de Waal y que ha sido publicado en la revista ‘PNAS’.
Según las observaciones de los investigadores, las relaciones de cooperación y conflicto entre profesionales sanitarios dentro de una sala de operaciones siguen patrones de jerarquía y género, dos elementos que también modelan las conductas sociales de primates no humanos, como chimpancés y bonobos.
De hecho, el protagonista más habitual del conflicto es el cirujano asistente con la enfermera circulante, seguida por el médico residente. Asimismo, e inspirados por el estudio de la conducta animal, los científicos han registrado un 59 por ciento de secuencias de cooperación y un 2,8 por ciento de conflicto, mientras que el resto de conductas no se clasificaron en ninguna de las categorías anteriores.
En total, los investigadores han clasificado más de 6.000 interacciones espontáneas y no técnicas de profesionales en un catálogo de distintos comportamientos, desde conversaciones breves a confrontaciones y flirteos. El análisis se hizo a partir de 200 intervenciones quirúrgicas (68 por ciento a corazón abierto y 32 por ciento por laparoscopia) de tres hospitales de la misma región de los Estados Unidos entre los años 2014 y 2016.
«Nuestro objetivo no era una comparación con primates, queríamos desarrollar una metodología de observación directa más fiable que los cuestionarios que utilizan los científicos sociales», ha apostillado el catedrático de Psicología de la Universidad de Emory (Estados Unidos), Frans de Waal.
La cooperación fue más frecuente entre mujeres e incrementó aún más cuando el género del cirujano asistente difirió del de la mayoría de los miembros del equipo, según los resultados. Además, los comportamientos de afiliación y construcción de equipo fueron más habituales entre el cirujano asistente y el residente y, por departamentos, Ginecología fue el más colaborativo y el que tuvo menos conflictos, mientras que Ortopedia fue el menos cooperativo.
Finalmente, los resultados han puesto de manifiesto que los encontronazos fueron el doble de habituales entre cirujanos hombres que trabajaron con un equipo mayoritariamente masculino, en consonancia con las aproximaciones evolucionistas: «la competencia entre machos es más intensa».