El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es un tributo directo que se aplica sobre la obtención de la renta como manifestación inmediata de la capacidad económica de los ciudadanos. Según la Agencia Tributaria, este impuesto busca garantizar que todos los españoles contribuyan al sostenimiento de los gastos públicos, basándose en los principios de igualdad, generalidad y progresividad, además de tener en cuenta las circunstancias personales y familiares de cada individuo.
El IRPF grava la renta del ejercicio y comprende varios componentes: los rendimientos del trabajo, como los salarios y pensiones; los rendimientos del capital, como los inmuebles y ahorros; y los rendimientos de actividades económicas. Los trabajadores deben realizar la declaración de la renta si tienen ingresos anuales superiores a 22.000 euros o 14.000 euros cuando cuentan con dos o más pagadores y han recibido más de 15.000 euros del segundo y siguientes.
En 2025, el sistema progresivo del IRPF establece diferentes tramos de retención, según los ingresos anuales del contribuyente:
- Hasta 12.450 euros, se retiene un 19%.
- De 12.450 a 20.200 euros, se retiene un 24%.
- De 20.200 a 35.200 euros, se retiene un 30%.
- De 35.200 a 60.000 euros, se retiene un 37%.
- De 60.000 a 300.000 euros, se retiene un 45%.
- Más de 300.000 euros, se retiene un 47%.
El cálculo del IRPF se realiza tomando en cuenta la base liquidable, cifra que se obtiene al restar las deducciones y reducciones aplicables a los ingresos totales. Una vez conocida la base liquidable, se deben identificar los tramos que se ajusten a estos ingresos y aplicar el porcentaje correspondiente a cada franja.
Es importante que los contribuyentes revisen sus nóminas para asegurarse de que la retención realizada sea correcta. En caso de detectar algún error, deben comunicarlo a su empresa para que se ajusten las deducciones correspondientes.
Este impuesto es clave para el sistema fiscal español, ya que a través de él se garantizan recursos económicos destinados al bienestar común, como la educación, la sanidad y otros servicios públicos esenciales.