En la campaña de declaración de la renta 2024, a realizarse en 2025, estarán obligados a declarar todos los contribuyentes con ingresos superiores a 22.000 euros anuales con un solo pagador, incluidos los pensionistas en este rango. Por el contrario, quienes tengan rendimientos inferiores a 15.876 euros estarán exentos de presentar la declaración, beneficiando a 5,2 millones de personas, en su mayoría asalariados y pensionistas de rentas bajas y medias, según el Ministerio de Hacienda.
A partir de 2025, diversos impuestos y cotizaciones aumentarán, afectando directamente a los consumidores:
- Alimentos básicos más caros: El IVA en productos esenciales como pan, leche, frutas y verduras sube al 4%, eliminando los tipos reducidos aplicados en 2023 y 2024. Otros productos, como las pastas y aceites de semillas, regresan a un 10%.
- Luz más cara: Finalizan las bonificaciones fiscales de la factura eléctrica. Desde enero, el IVA de la luz vuelve al 21%, impactando también a los beneficiarios del bono social, cuyos descuentos se reducen significativamente.
- Nóminas más reducidas: El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) incrementa las cotizaciones al 0,8% sobre el sueldo. La base máxima de cotización también sube un 4%, y la base mínima aumenta en línea con el salario mínimo.
- Tasa de basuras: Desde abril, todos los propietarios de viviendas en municipios con más de 5.000 habitantes deberán pagar esta nueva tasa obligatoria.
Otros cambios incluyen el aumento del IRPF para rentas de ahorro superiores a 300.000 euros, un gravamen progresivo para la banca, y mayores cuotas para autónomos con ingresos superiores a 1.700 euros mensuales.
El Gobierno planea además nuevas medidas, como incrementar los impuestos al diésel y estudiar el IVA del 21% para viviendas turísticas, lo que anticipa un año de mayores cargas fiscales para los ciudadanos.
