La insolvencia empresarial es una amenaza latente que, si no se aborda a tiempo, puede desembocar en la quiebra. La capacidad de identificar los indicios de insolvencia a tiempo permite actuar de forma preventiva, poniendo en marcha un plan de reestructuración, antes de que la situación sea irreversible.
Abencys, despacho especializado en insolvencia y reestructuraciones, destaca cinco señales clave que pueden alertar a una empresa de que está en riesgo de quiebra.
En primer lugar, las pérdidas financieras constantes son una clara señal de alerta. Aunque la empresa haya sido rentable en el pasado, si los resultados financieros muestran pérdidas continuas en varios trimestres consecutivos, es probable que la compañía esté teniendo dificultades para generar suficientes ingresos para cubrir sus gastos operativos y de deuda. Ignorar esta señal puede llevar a la insolvencia definitiva si no se toman medidas correctivas a tiempo.
El segundo indicio es el incumplimiento de pagos. Cuando una empresa no puede cumplir de manera consistente con sus obligaciones de pago —ya sea a proveedores, acreedores, empleados o entidades financieras— está enfrentando una falta de liquidez que afecta el funcionamiento diario. Este incumplimiento puede escalar rápidamente, conduciendo a demandas, embargos y otras acciones legales que agravan aún más la crisis financiera.
La reducción de la liquidez es otro indicador importante. Si una empresa se enfrenta a dificultades para generar efectivo o ha agotado su capital de trabajo, su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras está comprometida. La falta de liquidez a corto plazo es una señal clara de que la compañía podría estar entrando en una espiral de insolvencia.
Un aumento descontrolado de la deuda también es una señal alarmante. Cuando el endeudamiento supera la capacidad de pago de la empresa y no se establecen mecanismos claros para gestionar y reducir esta deuda, el riesgo de insolvencia se incrementa significativamente. Depender excesivamente de pasivos externos o tener que recurrir a préstamos no bancarios es una señal de que la estructura financiera es insostenible y necesita una revisión urgente.
Por último, los recortes agresivos de personal son una de las señales más visibles de problemas financieros graves. Si la empresa comienza a reducir personal en áreas clave o estratégicas, puede ser una señal de que esta está intentando mantenerse operativa a pesar de una crisis financiera. Sin embargo, estos recortes pueden comprometer su capacidad operativa, dificultando aún más la posibilidad de recuperación.
La importancia de un plan de reestructuración
Los datos más recientes publicados por el REFOR (Registro de Economistas Forenses) muestran un aumento significativo en los casos de insolvencia. En el segundo trimestre de 2024, los concursos de acreedores de personas físicas, incluidos los autónomos, crecieron un 76%, mientras que los de sociedades aumentaron un 17%. Además, los concursos sin masa alcanzaron el 83% del total, con un crecimiento del 89% respecto al mismo período del año anterior.
Ante este incremento de los casos de insolvencia, expertos como Manuel Gordillo y Alejandro Ingram, socios del despacho de abogados Abencys, subrayaban la importancia de implementar un plan de reestructuración adecuado, en el reciente webinar organizado por la Cámara de Comercio de Madrid “¿Cómo un plan de reestructuración puede salvar mi negocio?”. Durante el acto, destacaron las estrategias clave necesarias para enfrentar estos desafíos con éxito y explicaron que un plan de reestructuración bien diseñado no solo aborda las urgencias financieras, sino que también permite a la empresa redistribuir sus recursos, optimizar procesos y fortalecer su posición en el mercado.
Además, durante el webinar, Manuel Gordillo subrayó lo siguiente: “la clave para la recuperación es actuar a tiempo y no esperar a que los problemas financieros sean irreversibles. Las empresas que toman medidas anticipadas tienen más posibilidades de negociar con sus acreedores en mejores condiciones y encontrar soluciones viables para evitar la quiebra”.
Por su parte, Alejandro Ingram destacó la importancia de contar con asesores especializados para guiar este proceso, ya que “la complejidad de la normativa concursal y la situación económica de la empresa requiere un enfoque integral, que permita maximizar las opciones de recuperación”.
Ambos expertos coinciden en que, cuanto antes se detecten los problemas y se elabore un plan de reestructuración, mayores serán las posibilidades de éxito. En definitiva, la anticipación es un factor clave en la viabilidad de cualquier proceso de reestructuración y contar con un equipo de expertos legales y financieros puede marcar la diferencia entre una reestructuración exitosa y la liquidación.